Ciencia de los Materiales
Nuevo récord de eficiencia energética en células solares de puntos cuánticos
Antaño tildada de ineficaz y sin futuro más allá de usos minoritarios, la energía solar sigue dando pasos tecnológicos hacia su implantación masiva en el mundo. Cientos de centros de investigación de todas partes del globo trabajan en dos docenas de frentes utilizando diferentes materiales, tecnologías, y estrategias para mejorar la eficiencia y reducir costes. Ahora, un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, ha establecido un nuevo récord en células solares de puntos cuánticos, uno de los tipos más prometedores ya que su costo es bajo, su peso ligero y su versatilidad grande.
Si bien la eficiencia general de esta célula es aún baja comparada con la de otros tipos (aproximadamente el 9 por ciento de la energía que recibe del Sol es convertida en electricidad) el ritmo de mejora de esta tecnología es uno de los más rápidos conocidos para las tecnologías solares. El equipo de Moungi Bawendi, Vladimir Bulovic, Chia-Hao Chuang y Patrick Brown ha perfeccionado un proceso diseñado anteriormente por Bawendi para producir puntos cuánticos con características controlables de forma precisa. Estas partículas minúsculas son muy efectivas en convertir la luz en electricidad, y viceversa.
El nuevo trabajo representa un salto importante en la superación de las limitaciones que han estado afectando a las células solares de puntos cuánticos, consiguiendo incrementar el flujo de corriente en las células y por tanto aumentando la eficiencia general en la conversión de luz solar en electricidad.
Muchos métodos para crear células solares de bajo coste, bajo peso, y gran superficie flexible, sufren limitaciones acusadas, tales como vidas operativas cortas al ser expuestas al aire, o la necesidad de altas temperaturas y cámaras de vacío durante su fabricación. En cambio, el nuevo proceso no requiere una atmósfera inerte ni altas temperaturas para hacer crecer las capas activas del dispositivo, y las células resultantes no muestran signos de degradación tras más de cinco meses expuestas al aire.