Ingeniería
La amortización energética de las turbinas eólicas
Las turbinas eólicas se perfilan como una buena forma de generar electricidad limpia y sostenible, sobre todo si cuentan con un sistema eficiente de almacenamiento de alta capacidad que permita mantener estable el suministro en los períodos de tiempo en que la velocidad del viento es inadecuada para su aprovechamiento.
Sin embargo, los detractores de la energía eólica han argumentado a menudo que la energía, directa o indirecta, que se necesita para fabricar un aerogenerador, hacer su mantenimiento, repararlo, y finalmente desguazarlo y procesar debidamente sus materiales, no es muy inferior a la que genera a partir del viento durante toda su vida útil, y que en algunos casos podría resultar incluso superior, sobre todo cuando se tienen en cuenta los aspectos de costo medioambiental.
Karl Haapala y Preedanood Prempreeda, de la Universidad Estatal de Oregón en la ciudad estadounidense de Corvallis, han llevado a cabo una evaluación pormenorizada del ciclo de vida de aerogeneradores de 2 megavatios planeados para un gran parque eólico a instalar en la región estadounidense del Pacífico Noroeste (la que limita, al oeste, con el Océano Pacífico). El objetivo de la evaluación ha sido identificar el impacto neto que sobre el medio ambiente tiene la fabricación de tales máquinas y su uso para generar electricidad.
Una valoración del ciclo de vida completo toma en cuenta desde el proceso de extraer las materias primas principales y elaborar los materiales (acero, cobre, fibra de vidrio, plásticos, hormigón, y otros materiales), su transporte desde las minas y en su caso desde las fábricas, el proceso de fabricación del aerogenerador, su instalación en el sitio escogido, su mantenimiento a lo largo de su vida útil (por lo general, dos décadas), y finalmente los costos directos o indirectos, incluyendo los derivados de aspectos medioambientales, de desguazar el aerogenerador, reciclar parte de sus piezas y materiales, y desechar el resto.
Su análisis muestra que la inmensa mayoría de los impactos medioambientales generados por las turbinas eólicas provienen de la obtención de los materiales y de los procesos de fabricación. La energía total necesaria para fabricar e instalar un aerogenerador con una vida útil de 20 años es la misma que este habrá generado en un periodo de entre 5 y 8 meses. Dicho de otro modo, una turbina eólica con una vida útil de 20 años, comenzará a ofrecer un beneficio neto una vez transcurridos entre 5 y 8 meses tras su entrada en servicio. Considerando la variabilidad climática, lo más probable es que incluso en el peor de los casos, esa amortización energética se alcance dentro del primer año de servicio. Así, durante los 19 años subsecuentes, cada turbina, en el ejemplo analizado en este estudio, brindará energía eléctrica a más de 500 viviendas sin consumir electricidad generada por fuentes de energía convencionales.
 
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