Astronomía
Los cometas: guía completa
Serie de artículos, del blog Astrofísica y Física, que recomendamos por su interés.
Los cometas han llamado poderosamente la atención de los seres humanos en las diferentes culturas. La aparición repentina de un cometa era frecuentemente atribuida a grandes males o augurios de cambio. Estas erróneas creencias han perdurado en algún sector de la sociedad hasta nuestros días a pesar de que hace mucho tiempo que se conoce la naturaleza exacta de los cometas. Los retornos del cometa Halley también han provocado a lo largo de la historia curiosas anécdotas.
En un cometa podemos discernir su cola de polvo, que está constituida por pequeños granitos de silicatos y material orgánico que se mueven por la acción conjunta de la gravedad solar y la presión de la radiación. Es visible porque parte de esos granitos reflejan la luz solar que reciben. Por ello, las colas tienen un color blanquecino o amarillento. Dependiendo de la cantidad de material expulsado y del tamaño del núcleo, las colas de los cometas se extienden en el espacio hasta unos 100 millones de kilómetros, aunque en casos excepcionales (los cometas de los años 1680 y 1843), la cola ha alcanzado hasta unos 300 millones de kilómetros.
Los cometas provienen principalmente de dos lugares: de la Nube de Oort, situada entre 50.000 y 100.000 UA del Sol, y del Cinturón de Kuiper, localizado más allá de la órbita de Neptuno. Se cree que los cometas de largo periodo tienen su origen en la Nube de Oort, que lleva el nombre del astrónomo Jan Hendrik Oort. Esto significa que muchos de los cometas que se acercan al Sol siguen órbitas elípticas tan alargadas que sólo regresan al cabo de miles de años.
Hay varias maneras principales de poder clasificar a los cometas: Por su tamaño, según la edad cometaria (el número de órbitas que ha realizado el cometa alrededor del Sol), y por los periodos orbitales.
Estos artículos, del blog Astrofísica y Física, se pueden leer aquí: