Arqueología
Sacando a la luz los secretos de una bodega de la Edad de Bronce
Los residuos de vino, y de hierbas usadas en él como aditivos, encontrados en las ruinas de una bodega de lo que fue un palacio de la Edad de Bronce, están aportando nuevos y reveladores datos sobre las prácticas vinícolas de hace varios miles de años en Oriente Próximo y partes de la región mediterránea.
Se cree que la producción, la distribución y el consumo de vino tuvieron un importante papel en las vidas de quienes residieron en tierras mediterráneas y de Oriente Próximo durante la Edad de Bronce Media (entre el año 1900 y el 1600 antes de Cristo), pero hay muy pocas evidencias arqueológicas directas sobre dicho papel del vino durante este período. En el transcurso de una excavación el año pasado en las ruinas del citado palacio cananeo de la Edad de Bronce Media en el Israel actual, el equipo internacional de Andrew Koh, de la Universidad Brandeis en Waltham, Massachusetts, Estados Unidos, encontró 40 grandes tinajas en una sala localizada en la zona oeste del patio central de dicho palacio.
Un análisis de los residuos orgánicos allí presentes, utilizando espectrometría de masas, ha revelado que todas las tinajas contenían compuestos químicos que indican la antigua presencia de vino. Los autores del estudio también han detectado diferencias sutiles en los ingredientes o aditivos dentro de las tinajas, incluyendo miel, aceite de cedro y de ciertas plantas, resinas de algunos árboles, y posiblemente menta, mirto y canela.
Ruinas de la bodega, en el yacimiento arqueológico de Tel Kabri en Israel. Las tinajas han sido marcadas y numeradas en la foto. (Imagen: Koh AJ, Yasur-Landau A, Cline EH (2014) Characterizing a Middle Bronze Palatial Wine Cellar from Tel Kabri, Israel. PLoS ONE 9(8): e106406. doi:10.1371/journal.pone.0106406)
Koh, Eric H. Cline, de la Universidad George Washington en Washington, D.C., Estados Unidos, y Assaf Yasur-Landau, de la Universidad de Haifa en Israel, sugieren que la detección de tales aditivos indica que los humanos de la época poseían un conocimiento sofisticado de las plantas y de las habilidades necesarias para producir bebidas complejas que mantenían un equilibrio idóneo entre conservación, sabor y psicoactividad.
Los resultados del nuevo estudio seguramente ayudarán a conocer bastante mejor la viticultura de aquella época y zona.