Biología
¿En qué se convertirá una célula embrionaria? Su “decisión” depende también de una influencia inesperada
Los biólogos han venido asumiendo que una célula determina su posición en un embrión y, como resultado, su futuro papel, basándose exclusivamente en señales químicas. Hace unos 50 años, el biólogo Lewis Wolpert propuso que esta “decisión” depende de la concentración de la señal a la que está expuesta la célula.
En años recientes, han surgido dudas sobre la exclusividad de la concentración.
Cuando las células embrionarias reciben la señal para especializarse, la llamada puede venir rápidamente. O puede llegar despacio. Ahora, una nueva investigación revela algo sorprendente sobre esto y el destino de la célula embrionaria. Al parecer, la velocidad a la que una célula en un embrión recibe esa señal tiene una influencia inesperadamente grande en el destino de la célula. Hasta ahora, se creía que solo la concentración de las señales químicas importaba a la hora de determinar si la célula se convertía, por ejemplo, en una de músculo, piel, cerebro o hueso.
Y hasta ahora, no había sido factible comprobar cómo afecta la velocidad u otros factores a la respuesta de la célula a una señal. Sin embargo, adaptando tecnología que permite un control muy preciso sobre estos aspectos, Ali Brivanlou y Eric Siggia, de la Universidad Rockefeller en Nueva York, así como Aryeh Warmflash, ahora en la Universidad Rice en Houston, Texas, ambas instituciones en Estados Unidos, y Benoit Sorre (ahora en la Universidad de París Diderot en Francia) han encontrado pruebas inequívocas de que el nivel de la señal en solitario no determina el destino de la célula. Su presentación es también muy importante. Y todo apunta a que la velocidad a la que una célula en un embrión recibe esa señal tiene una influencia inesperadamente grande en su destino.