Medicina
¿Fumar entorpece los tratamientos para el alcoholismo?
Un nuevo estudio ha mostrado que fumar puede inhibir el éxito de los tratamientos contra el alcoholismo, dejando doblemente enganchadas a las personas que son adictas tanto al tabaco como al alcohol.
Según lo descubierto por el equipo de Kimberly Walitzer, subdirectora del Instituto de Investigación sobre Adicciones, adscrito a la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York), en Estados Unidos, las personas con problemas de alcoholismo que además fuman son más propensas a fracasar cuando se someten a terapias para abandonar el hábito de beber que los no fumadores, y el resultado de dichas terapias puede ser más endeble que en el caso de estos últimos.
Esto constituye un problema de gran alcance social, ya que la mayoría de los alcohólicos son además fumadores.
En el nuevo estudio, Walitzer y sus colegas analizaron datos de más de 21.000 adultos que buscaban tratamiento en el estado de Nueva York. Según la red estadounidense de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), menos del 20 por ciento de las personas residentes en Estados Unidos son fumadores empedernidos. Sin embargo, un porcentaje mucho mayor de personas con problemas de consumo de alcohol son fumadores.
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En el caso de las mujeres, dicho porcentaje alcanza su valor más elevado. Aunque menos del 15 por ciento de las mujeres fuma en la población general de Estados Unidos, los datos con los que ha trabajado el equipo de Walitzer indican que el 67 por ciento de las mujeres que buscan un tratamiento para librarse de su adicción al alcohol son fumadoras, mientras que este porcentaje es del 61 por ciento en el caso de los hombres. Por desgracia, los resultados del nuevo estudio muestran que las mujeres que fuman tienen incluso más dificultades y un mayor índice de fracaso en los tratamientos contra la adicción al alcohol que los hombres fumadores.
Cabe esperar estadísticas similares en otras naciones.
¿Cuál es la solución? No hay ninguna fácil. Investigaciones previas indican que si la gente puede abandonar el tabaco cuando inicia un tratamiento por alcoholismo consigue mejores resultados. El camino sería pues ese, dejar de fumar y de beber alcohol. Decirlo es fácil, pero hacerlo resulta muy difícil. Abandonar el pitillo y la botella es un reto a menudo titánico.



