Detección de una posible señal de materia oscura

Unos científicos han detectado una emisión atípica de fotones de rayos X procedentes del espacio, y creen que podría ser una prueba de la existencia de una partícula de materia oscura.

¿Podría existir finalmente una prueba tangible de la existencia de materia oscura en el universo? Después de analizar un conjunto ingente de observaciones de emisiones de rayos X provenientes del cosmos, el equipo de Oleg Ruchayskiy y Alexey Boyarsky, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (también conocido como Escuela Politécnica Federal de Zúrich, o EPFL), cree haber identificado la señal de una partícula de materia oscura.

La materia oscura, que hasta ahora nunca ha sido detectada de forma directa y fehaciente, es invisible para las técnicas de observación actualmente usadas, delatando su presencia solo a través de la atracción gravitacional que ejerce sobre la materia visible. Sin la materia oscura manteniéndolas unidas, las estrellas más rápidas de nuestra galaxia y de otras se desperdigarían por todas direcciones. La naturaleza de la materia oscura es un misterio. Además, no se trata de una clase minoritaria de materia, sino justo lo contrario: Es la forma más abundante de materia en el universo, más aún que la materia normal que conocemos y de la que están hechas las estrellas, los planetas y los demás astros.

Los autores del nuevo estudio han hallado la posible señal de materia oscura analizando los rayos X emitidos por el cúmulo de galaxias de Perseo, situado a más de 200 millones de años-luz de distancia de la Tierra, y por la galaxia de Andrómeda, bastante cerca de la nuestra, la Vía Láctea.

El equipo de Ruchayskiy y Boyarsky ha detectado una emisión de fotones atípica en rayos X procedentes del espacio, lo que, según todos los indicios, podría ser una prueba de la existencia de una partícula de la materia oscura. Si se confirma, el descubrimiento podría abrir nuevas perspectivas en la cosmología. (Imagen: Sarah Perrin, Marc Delachaux, Hillary Sanctuary, Emmanuel Pignate / EPFL Mediacom)

Después de recolectar miles de señales captadas por el XMM-Newton, un satélite astronómico de rayos X de la Agencia Espacial Europea (ESA), y de eliminar aquellas procedentes de partículas y átomos conocidos, el equipo de Ruchayskiy y Boyarsky detectó una anomalía que les llamó la atención.

La señal aparece en el espectro de rayos X como una emisión débil y atípica de fotones que no puede ser atribuida a ninguna forma conocida de materia. Además, la distribución de la señal dentro de la galaxia se corresponde exactamente con lo que los científicos pronostican sobre la materia oscura, es decir, que se halla concentrada y con una actividad más intensa en el centro de galaxias y otros objetos cósmicos afines, mientras que está más difusa y con una actividad más débil en los bordes de las galaxias y similares.

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