Biología
Aclaran un enigma ovárico que permitirá conocer mejor las causas de ciertos trastornos reproductivos
En una investigación se ha logrado resolver un prolongado misterio sobre el origen de uno de los tipos de células que componen el ovario. El estudio también ha permitido descubrir cómo las células ováricas comparten información durante el desarrollo del folículo ovárico, que acoge al óvulo en proceso de maduración.
El equipo de Humphrey Yao, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental, uno de los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud, cree que esta nueva información sobre biología ovárica básica será de gran ayuda para lograr un mejor conocimiento médico de las causas de diversas dolencias ováricas, tales como el deterioro ovárico prematuro y el síndrome ovárico poliquístico, trastornos que producen desequilibrios hormonales e infertilidad en las mujeres.
El folículo ovárico es la unidad básica funcional del ovario, el cual contiene el óvulo rodeado por dos tipos de células diferentes, conocidas como células de la granulosa y células de la teca. Ya se conocían los orígenes celulares del óvulo y de las células de la granulosa, pero no se sabía de dónde procedían las células de la teca o qué provocaba su desarrollo.
Esta pregunta permaneció sin respuesta durante décadas, pero utilizando una técnica especial de rastreo de linaje, el equipo de Yao ha determinado que las células de la teca, en ratonas, proceden tanto de dentro como de fuera del ovario, del tejido embrionario llamado mesénquima. Se desconoce por ahora por qué las células de la teca tienen dos fuentes, pero este doble origen ya revela algo importante: un único tipo celular puede en realidad estar hecho de diferentes grupos de células.
El folículo ovárico teñido de arriba muestra el óvulo (centro rojo), rodeado por las células de soporte de la granulosa (verde) y las células de la teca exteriores (rojo y naranja). Yao y su equipo encontraron que los tres tipos de estructuras biológicas deben comunicarse entre sí para mantener sano a un folículo. (Gráfico: Cortesía de Chang Liu)
Sin las células de la teca, las mujeres no pueden producir las hormonas que sostienen el crecimiento folicular ovárico. Uno de los principales tipos de hormonas que las células de la teca producen es el andrógeno, que ha sido visto a menudo como una hormona masculina. Pero, en un ejemplo soberbio de trabajo en equipo, las células de la granulosa convierten el andrógeno en estrógeno, otro tipo de hormona.
Como resultado de su trabajo, Yao y sus colegas han puesto de manifiesto el sistema de señalización molecular que permite que las células de la teca produzcan andrógeno. Esta vía de comunicación deriva de las células de la granulosa y de otra estructura en el ovario, llamada oocito, u óvulo inmaduro. La “conversación” entre el óvulo, las células de la granulosa y las células de la teca ha sido un descubrimiento tan inesperado como capaz de proporcionar información vital sobre cómo aparecen algunos trastornos ováricos.