Medicina
Hepatitis C: estimación de muertes por retrasos en la autorización de los nuevos tratamientos
Algunas naciones viven o han vivido una triste polémica en torno a unos nuevos tratamientos farmacológicos contra la hepatitis C. Al margen de con qué rapidez es lícito que las empresas farmacéuticas recuperen su inversión económica en la búsqueda de nuevos medicamentos, el alto precio de venta de esos nuevos tratamientos farmacológicos contra fases avanzadas de la hepatitis C, virtualmente imposible de pagar de su bolsillo por la inmensa mayoría de los pacientes, ha puesto a la sanidad pública de algunos países como la única vía de que disponen esos pacientes para la obtención del tratamiento.
Los recortes en sanidad, ciertas políticas gubernamentales demasiado decantadas hacia lo económico en detrimento de lo humano, y probablemente errores de gestión en la agilización del proceso de adopción y autorización, han provocado un drama humano, con pacientes cada vez más graves, y fallecimientos que se podrían haber evitado, que ahora está siendo analizado por la ciencia.
El equipo internacional del Dr. William Sievert, profesor en la Universidad Monash en Australia, ha presentado a través de la revista académica Medical Journal of Australia, una estimación de las cifras de fallecimientos que se producirán en el país si el acceso a los nuevos tratamientos se retrasa un año. Estas estimaciones pueden dar una idea de la magnitud del drama humano aquí y en otros países que sufren o han sufrido tales retrasos.
La hepatitis C, provocada por el virus VHC (HCV por sus siglas en inglés), es una amenaza considerable para la salud pública en Australia, con estimaciones de 230.000 personas infectadas de manera crónica. Otros países se encuentran en situaciones parecidas.
En todo el mundo, la cifra de infectados es, según algunas estimaciones, de unos 170 millones. Además, el progreso de la enfermedad puede desembocar en bastantes casos en la aparición de cirrosis y cáncer, que a su vez causan estragos peores y aumentan las probabilidades de muerte prematura.
El Dr. Sievert y sus colegas han calculado que un retraso de un año en dicha adopción de los nuevos tratamientos acarreará en la población australiana 900 muertes relacionadas con el hígado, 800 nuevos casos de cirrosis y 500 nuevos casos de cáncer de hígado. Estas cifras alarmantes se duplican si el retraso es de dos años en vez de uno.
Con respecto a la situación durante el último año en los países afectados por este retraso, cabe inferir, de manera proporcional, cifras similarmente alarmantes de fallecimientos y de agravamientos con daños irreversibles, algo que ya ha sido denunciado por plataformas de afectados de la hepatitis C.
El Dr. Sievert sostiene que las nuevas terapias deberían convertirse en la norma para la población infectada por el VHC.