Botánica
Anillos de pinos para exculpar al cambio climático en la perdida forestal
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), del INIA (en España) y de Aix-Marseille Université (Francia) han puesto en evidencia cambios irreversibles en la estructura del pinar de Hoyocasero mediante técnicas de análisis dendroecológicos. Las conclusiones obtenidas señalan que la falta de regeneración de los pinos no proviene del cambio climático, sino de la gestión del hombre sobre la masa forestal y, por tanto, es posible establecer medidas de protección para garantizar su supervivencia.
Como en tantos otros enclaves de la península ibérica, el valioso patrimonio natural del Pinar de Hoyocasero puede tener los días contados. La riqueza y el interés de las plantas presentes en dicho bosque, situado en la provincia de Ávila, viene llamando la atención desde el siglo XIX de naturalistas nacionales e internacionales como el botánico alemán Heinrich M. Willkomm.
En este enclave se describieron en su momento varias especies nuevas para la ciencia. Además, numerosas plantas de óptimo septentrional se conservan aquí como auténticas reliquias, sin olvidar las especies mediterráneas que destacan por su rareza en esta zona del Sistema Central.
El profesor Agustín Rubio Sánchez de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM, junto con un equipo multidisciplinar de investigadores, ha analizado la dinámica de este pinar -un pinar de pino silvestre- en relación a la colonización por otras especies forestales más tolerantes a la sequía, como el rebollo. En el estudio que se ha llevado a cabo se han combinado datos dendrocronológicos, climáticos y dasométricos (medidas y estadísticas de árboles y bosques).
Los patrones de edad observados en los ejemplares arbóreos sugieren un origen natural para las dos especies presentes en el bosque, el pino y el rebollo. Conforme a la estructura de edad y a las referencias históricas es muy probable que este pinar sea el último vestigio de un pinar más extenso que debía ocupar la región. Sin embargo, mientras que la regeneración natural es constante desde 1950 para los rebollos, casi no hay regeneración natural de pinos desde 1870.
Las técnicas de análisis empleadas han permitido identificar una mayor afección a las altas temperaturas desde primavera al otoño, así como un aumento en la sensibilidad del pino a la sequía en los últimos años. A pesar de todo, la estructura del pinar establecido en el siglo XIX todavía no evidencia síntomas de declive atribuibles al cambio climático.
Dado que la falta de regenerado del pino no es un proceso nuevo y se viene presentando desde antes de las evidencias de cambio climático, ésta bien podría ser un efecto directo o indirecto de la gestión de la masa forestal. La expansión de los rebollos parece ligarse a una reducción de la intensidad de la gestión antrópica desde mediados del siglo XX, probablemente relacionada con el descenso de la población local y el abandono del uso de la leña como principal fuente de energía en el medio rural.
La actuación del hombre sobre la masa forestal con las modificaciones que causa sobre la vegetación acompañante y las propiedades del suelo (cambios de pH y de nutrientes) podría estar jugando un importante papel en la dinámica de la masa.
Mientras no se adopten medidas específicas que garanticen la persistencia del pinar de Hoyocasero tal y como hoy lo conocemos, nos estaremos preguntando si este será el final de su valioso patrimonio natural. (Fuente: Universidad Politécnica de Madrid)