Neurología
Ser fumador pasivo supone afrontar un riesgo un 30% mayor de sufrir derrame cerebral
En países como Estados Unidos, cada año cerca de 800.000 personas sufren un derrame cerebral. El derrame es responsable de una de cada 19 muertes en esa nación y es una causa principal de discapacidad.
Un nuevo estudio revela que, para quien no fuma, ser fumador pasivo le supone afrontar un riesgo un 30% mayor de sufrir derrame cerebral. Al humo que inhalan los fumadores pasivos y que viene del extremo ardiente de un cigarrillo o de las bocanadas de humo exhaladas por el fumador se le llama “humo de segunda mano”.
El estudio se hizo sobre casi 22.000 personas de más de 45 años. Incluso después de aplicar los ajustes pertinentes para descartar la influencia de otros factores de derrame cerebral, como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardíacas, se mantuvo el riesgo un 30 por ciento mayor para los no fumadores expuestos al humo de segunda mano.
La literatura médica sobre los efectos adversos para la salud del humo inhalado por los fumadores pasivos deja cada vez más claro que estos existen, aunque no todos los estudios han mostrado una asociación entre la exposición a dicho humo “de segunda mano” y el derrame cerebral.
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Según la autora principal del nuevo estudio, Angela M. Malek, de la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston, Estados Unidos, ello se debe a que tales estudios previos sufrieron limitaciones que acabaron distorsionando los resultados.



