Psicología
¿A mayor inteligencia en la juventud, mejor forma física en la vejez?
Todos quisiéramos conservar nuestra capacidad de valernos por nosotros mismos a medida que envejecemos. Para lograrlo, necesitamos estar en buena forma. Esto incluye ser capaces de afrontar las actividades físicas cotidianas, como vestirnos o transportar nuestra propia compra desde la tienda a casa.
No es fácil pronosticar si esa capacidad se mantendrá a una edad avanzada o si mermará pronto. Pero hay algunas técnicas que permiten predecirlo, a partir de una serie de pruebas realizadas tan pronto como en la mediana edad. Algunas de ellas son la fuerza ejercida por las manos, la habilidad de mantener el equilibro y cómo nos levantamos de la silla.
Unos investigadores en la Universidad de Copenhague en Dinamarca han estudiado la asociación entre la inteligencia masculina en la adultez temprana y el posterior rendimiento físico en personas de edades comprendidas entre los 48 y los 56 años, una etapa de la vida en la que ya se pueden atisbar las probabilidades que la persona tiene de afrontar una vejez en buena forma física. El estudio se hizo sobre 2.848 hombres daneses nacidos en 1953 y entre 1959 y 1961.
El equipo de la investigadora Rikke Hodal Meincke ha constatado claramente que cuanto más alta es la puntuación de inteligencia en la adultez temprana, más fuertes serán la espalda, las piernas y las manos en la mediana edad, y mejor será la habilidad de mantener el equilibrio.
Una explicación factible para esta conexión entre la inteligencia masculina en la adultez temprana y el rendimiento físico en la mediana edad podría ser que las personas con inteligencia más alta encuentran más fácil entender e interpretar la información de salud y por tanto tienden a seguir un estilo de vida más saludable, que incluye hacer ejercicio físico con mayor regularidad. Así pues, el ejercicio físico puede verse como un mecanismo que explica la conexión entre la inteligencia y el rendimiento físico.