Física
Un mecanismo de confinamiento de energía electromagnética que podría revolucionar la física
Son muchas las teorías con las que se ha intentado explicar a fondo la estabilidad de los átomos, y más específicamente por qué los electrones que los orbitan no emiten radiación.
Ahora unos físicos han encontrado una nueva y radical forma de confinar energía electromagnética sin que esta se escape, algo así como tirar un guijarro a un estanque sin que su entrada en el agua provoque salpicaduras.
La teoría podría tener una amplia variedad de aplicaciones, desde explicar la identidad de la materia oscura a combatir las pérdidas de energía en tecnologías futuras.
Sin embargo, parece contradecir un principio fundamental de la electrodinámica, que dice que las cargas aceleradas crean radiación electromagnética. Este problema ha desconcertado a muchos expertos, y al equipo internacional de Andrey Miroshnichenko, de la Universidad Nacional Australiana (ANU), le llevó un año aclarar esta cuestión.
La ausencia de radiación es el resultado de que la corriente sea dividida entre dos componentes diferentes, un dipolo eléctrico convencional y un dipolo toroidal, que producen campos idénticos a cierta distancia.
Si estas dos configuraciones están fuera de fase, entonces la radiación quedará cancelada, a pesar incluso de que los campos electromagnéticos no son nulos en el área cercana a las corrientes.
Miroshnichenko y sus colegas probaron con éxito esta nueva teoría con un nanodisco de silicio de entre 160 y 310 nanómetros de diámetro y 50 nanómetros de alto (o grosor), que los científicos pudieron hacer invisible al cancelar la dispersión de la luz visible del disco.
La nueva teoría fundamental podría utilizarse en computadoras cuánticas, llevar a una nueva tecnología láser e incluso aportar la clave para explicar la materia oscura. Esta última es uno de los mayores misterios de la física moderna. Existe más materia oscura en el universo que materia visible, pero por ahora nadie ha logrado detectarla de modo directo; no refleja, absorbe ni emite luz, lo que la hace invisible a efectos prácticos. Debido a ello, solo se sabe que existe a través de sus efectos gravitatorios sobre el universo visible.