Neurología
Población de neuronas que influye en el grado de atracción hacia las bebidas alcohólicas
Unos científicos han identificado una población de neuronas en el cerebro que influye en el nivel de atracción que el individuo siente hacia el alcohol. El hallazgo podría acabar llevando a una cura para el alcoholismo y otras adicciones.
En esta investigación, se ha comprobado que el consumo de alcohol altera la estructura y función de las neuronas en el estriado dorsomedial, una región cerebral conocida por ser importante en los comportamientos relacionados con la consecución de metas.
El alcoholismo es bastante común, pero aun así el mecanismo neurológico subyacente ha sido un gran desconocido en bastantes aspectos. Ahora, el equipo del Dr. Jun Wang, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad A&M de Texas en Estados Unidos, ha obtenido datos reveladores sobre uno de esos aspectos. Usando un modelo animal, estos investigadores han determinado que el alcohol en realidad cambia la estructura física de las neuronas espinosas medianas, el tipo principal de célula en el estriado. Estas neuronas se parecen un poco a árboles, con muchas ramas, y muchas protuberancias pequeñas, o espinas, surgiendo de ellas. Cada una de estas neuronas tiene uno de dos tipos posibles de receptores de la dopamina, D1 o D2, así que podríamos considerarlas como neuronas D1 o neuronas D2. Dicho de modo claro aunque un tanto simplista, las neuronas D1 forman parte de la vía de procesamiento cerebral para toma de decisiones que nos dice “Hazlo”, mientras que las neuronas D2 forman parte de la que nos dice “No lo hagas”. Cuando las neuronas D2 están activadas, estas nos dicen que esperemos, que paremos o que no hagamos nada. El efecto contrario ejercen las D1.
Aunque ya se sabe que el neurotransmisor dopamina está implicado en la adicción, este estudio va más allá, mostrando que el receptor D1 de la dopamina también desempeña un papel importante en la adicción. El equipo encontró que el consumo periódico de grandes cantidades de alcohol actúa sobre las neuronas D1, haciéndolas mucho más excitables, lo que significa que se activan con menor estimulación.
Si estas neuronas están excitadas, querremos beber alcohol, lo desearemos muchísimo. Estando activadas con tanta fuerza, nos empujarán a realizar una acción, tomar una copa más en este caso. Esto crea entonces un círculo vicioso, donde beber alcohol ocasiona una activación neuronal más fácil del deseo de beber más.