Zoología
Dos neuronas en gusanos guían a los machos hacia la búsqueda de sexo
Se ha encontrado un par de neuronas en el cerebro de los gusanos machos de la especie Caenorhabditis elegans que les permiten recordar y buscar sexo incluso en detrimento de su obtención de comida. Estas neuronas, que son específicas de los machos, son causantes de diferencias de género en el aprendizaje. Tales diferencias en las capacidades cognitivas parecen pues estar genéticamente programadas.
Esto es importante dado que se sabe muy poco sobre cómo los diminutos cerebros (con solo unas 300 neuronas en total) de estas criaturas varían para proporcionar diferentes preferencias, aptitudes y juicios a ambos sexos.
El estudio del equipo internacional de la bióloga Arantza Barrios, del University College en Londres, Reino Unido, muestra un vínculo directo entre el comportamiento diferente de machos y hembras de esos gusanos y diferencias en el desarrollo estructura cerebrales en áreas implicadas en el procesamiento mental de nivel superior.
La pareja de neuronas recién identificada crea diferencias de comportamiento entre los sexos al cambiar un circuito cerebral común a los dos.
La imagen es una ilustración de la conectividad en la cabeza del macho adulto (azul) y del hermafrodita (rosa) de C. elegans. La adición específicamente masculina de interneuronas derivadas de células gliales (rojo) remodela los circuitos cerebrales durante la maduración sexual para generar una plasticidad sexualmente dimórfica en el aprendizaje. (Foto: Justina Yeung, UCL)
Lo descubierto por Barrios y sus colegas sugiere que las diferencias en el aprendizaje y la percepción dependen no solo del sexo del animal sino también del sexo de las células progenitoras neurales individuales. Esto significa que diferentes aspectos del comportamiento de un animal podrían muy bien desarrollarse independientemente entre sí en ciertas circunstancias, en vez de a través de la acción coordinada de hormonas. Por supuesto, tal como aclara Barrios, no todas las diferencias de comportamiento están genéticamente programadas; el entorno puede asimismo jugar un papel importante.
La especie de gusanos usada en el estudio, la Caenorhabditis elegans, tiene dos sexos: machos y hermafroditas. Los hermafroditas son básicamente hembras modificadas que pueden llevar su propio esperma y no necesitan tener sexo para poder reproducirse.