Ecología
Una clase común de sustancias refrigerantes sí causa daños a la capa de ozono
Una clase de refrigerantes químicos ampliamente utilizados, conocidos como hidrofluorocarbonos (HFCs), contribuye a la reducción del ozono, en una escala pequeña pero medible. Este hallazgo refuta una suposición mantenida desde hace décadas.
La investigación está basada en los resultados de un modelo climático de química atmosférica procedente de la NASA, con el que se estimó el efecto que tendrán los gases HFC en la atmósfera hacia el año 2050.
La capa de ozono está formada por moléculas de ozono situadas principalmente en la baja estratosfera. Es responsable de absorber la mayor parte de la dañina radiación ultravioleta del Sol, antes de que alcance la superficie de la Tierra. Investigaciones efectuadas durante los años 90 del pasado siglo mostraron que los HFCs, que han reemplazado en los últimos años a refrigerantes químicos más potentes pero que eliminan el ozono, destruyen una cantidad ínfima de ozono. Pero esa conclusión se alcanzó examinando solo la capacidad de los gases de descomponer las moléculas de ozono en unas circunstancias muy limitadas.
El nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de Margaret Hurwitz, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, se ha centrado en los cinco tipos de HFCs que se estima que participen más en el calentamiento global hacia 2050, y lo descubierto indica que esos gases contribuyen indirectamente, aunque en una cuantía apreciable, a la reducción del ozono. Las emisiones de HFCs ocasionan un mayor calentamiento de la estratosfera, acelerando las reacciones químicas que destruyen las moléculas de ozono, y también disminuyen los niveles de ozono en los trópicos al acelerar el movimiento ascendente del aire pobre en ozono. Según el modelo, su impacto es tal que los HFCs causarán una reducción en el ozono del 0,035 por ciento hacia 2050.
Una representación global de la influencia prevista de los hidrofluorocarbonos (HFCs) sobre los niveles del ozono a varias altitudes en 2050. (Foto: Goddard Space Flight Center de la NASA)
Aunque los HFCs contribuyen a la destrucción de ozono, su acción es muy pequeña comparada con sus predecesores. Por ejemplo, el triclorofluorometano, o CFC-11, un refrigerante que llegó a ser muy habitual y que ya no se utiliza, produce una reducción del ozono unas 400 veces superior por unidad de masa que la provocada por los HFCs.
En definitiva, los resultados del nuevo estudio no indican que los HFCs sean una amenaza real para la capa del ozono o para el cierre progresivo del agujero del ozono, pero sí que su impacto no es nulo, a diferencia de lo que se creía; los HFCs son, de hecho, sustancias que producen un reducción del ozono, aunque modesta y por ello no preocupante.