Antropología
La vida de la gente normal en la antigua civilización maya
La mayor parte de lo que sabemos de la antigua civilización maya está relacionado con reyes, reinas y sus complejos templos. Para entender cómo era la vida para el 99 por ciento de la gente, se ha llevado a cabo una investigación basada en analizar huesos de animales antiguos almacenados en el Museo de Historia Natural de Florida, Estados Unidos.
Por vez primera en la arqueología sobre la civilización maya, se usaron 22.000 fragmentos de animales en el museo, una de las mayores colecciones de su clase fuera de América Central, como pistas sobre la vida de las clases bajas mayas. Los huesos han revelado que esa civilización, conocida por su arte y su astronomía, también tenía sistemas políticos y económicos que eran más complejos de lo que se pensaba hasta ahora, sistemas similares a los de las sociedades modernas.
Concretamente, el equipo de Ashley Sharpe, de dicho museo, examinó cómo los mayas conseguían y distribuían los recursos animales, para averiguar más sobre la economía de la civilización y cómo interactuaban la realeza, la elite y las clases bajas. Sharpe ha vivido o ha hecho frecuentes viajes a la región maya desde 2008.
Sharpe y Kitty Emery, conservadora adjunta de arqueología medioambiental en el Museo de Florida, examinaron los restos animales recuperados de las ruinas de tres ciudades estado mayas en Guatemala, incluyendo el famoso yacimiento de Aguateca, un antiguo núcleo urbano que fue quemado con rapidez después de un ataque por sorpresa, lo que acarreó un nivel de conservación similar al de las ruinas romanas de Pompeya.
Sharpe hizo un seguimiento del transporte de animales y de los recursos derivados de ellos, desde los comerciantes hasta Aguateca y las capitales de Piedras Negras y Yaxchilán. También hizo un seguimiento del flujo de recursos entre la realeza, los ricos y los pobres en las capitales y en los pueblos menos poderosos del entorno.
Los resultados del estudio confirman que los estados y clases mayas tenían sistemas de funcionamiento complicados para las relaciones comerciales, la distribución de alimentos y el acceso a especies animales, lo cual variaba mucho entre las ciudades y entre las clases sociales, de una manera muy parecida a lo que pasa hoy en día en buena parte del mundo.
En las mesas de las clases altas había poca diversidad de carne, aunque esta era de animales que se consideraban manjares, de una manera parecida a cómo las personas de las actuales clases altas comen manjares como el caviar.
Los pueblerinos pobres comían principalmente pescado y marisco de los ríos cercanos a sus hogares.
En Aguateca, a más de 160 kilómetros (100 millas) de la costa más cercana, se encontraron miles de conchas marinas cubriendo los suelos de los antiguos hogares y talleres.
En Yaxchilán, más de la mitad de los esqueletos de animales encontrados eran de venado, lo que sugiere que los residentes dependían principalmente de los bosques cercanos, incluyendo el ciervo que se alimentaba en sus campos de maíz.