Astronomía
Nubes inmensas en Titán
Nuevas observaciones realizadas por la sonda espacial Cassini de la NASA cerca del polo sur de Titán, una luna del planeta Saturno, revelan la presencia de nubes inmensas, delatadoras de que el invierno está llegando con indiscutible rigor a este satélite.
En especial, el equipo de Carrie Anderson, de la NASA, ha detectado una colosal nube de compuestos congelados en la zona baja y media de la estratosfera de esta luna, una región atmosférica estable por encima de la troposfera, o capa meteorológica activa.
La Cassini había ya fotografiado una nube impresionante suspendida sobre el polo sur de Titán, a una altitud de unos 300 kilómetros (186 millas). Sin embargo, esa nube, vista por primera vez en 2012, resultó ser solo una pequeña muestra de un fenómeno más extenso: Se ha encontrado un sistema de nubes de hielo mucho más masivo, a una profundidad mayor en la estratosfera, alcanzando una altitud de unos 200 kilómetros (124 millas).
Durante los últimos años, la Cassini ha estado captando indicios tempranos de la transición del otoño al invierno en el polo sur de Titán. La experiencia no tiene precedentes, ya que esta es la primera vez que una sonda observa el comienzo del invierno en este fascinante mundo. Dicha estación dura en Titán unos 7,5 años terrestres.
Las nubes en el polo de Titán no se forman de la misma forma que las familiares nubes de lluvia en la Tierra.
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Para estas últimas, el agua se evapora de la superficie y se encuentra con temperaturas más frías a medida que asciende a través de la troposfera. Las nubes se forman cuando el vapor de agua alcanza una altitud donde la combinación de temperatura y presión del aire es adecuada para la condensación. Las nubes de metano en la troposfera de Titán se forman de una manera similar.
Sin embargo, las nubes polares de Titán se forman más arriba en la atmósfera a través de un proceso distinto. La circulación atmosférica transporta gases del polo en el hemisferio cálido al polo en el hemisferio frío. En este último, el aire cálido se hunde, casi como el agua que sale de una bañera por el desagüe, en un proceso conocido como subsidencia.
Los gases que descienden, una mezcla de hidrocarburos parecidos al smog y sustancias que contienen nitrógeno, encuentran temperaturas cada vez más frías en su camino. Gases diferentes se condensan a distintas temperaturas, lo que resulta en la formación de capas de nubes a diferentes altitudes.



