Geología
Mayor vulnerabilidad de lo creído para los cementerios nucleares con aislamiento de halita
Una nueva investigación muestra que la halita, conocida también como sal de roca o sal gema, empleada en países como Estados Unidos y Alemania como material de contenedores subterráneos para aislar residuos radiactivos, podría ser menos impermeable de lo que se pensaba, y por ello menos capaz de aislar del agua subterránea a los residuos nucleares en el caso de que se abriera una fisura en un contenedor de almacenamiento.
La sal normalmente bloquea el flujo de fluidos a escasa profundidad, una característica que ayuda a que se formen los yacimientos de petróleo. Pero los científicos han sospechado desde hace mucho que la sal se vuelve permeable a mayores profundidades.
El equipo de James E. Gardner, de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, ha confirmado esta teoría a través de experimentos de laboratorio con sal de roca sintética.
Gardner y sus colaboradores se han servido de pruebas de campo, así como microtomografía computerizada en 3D durante los experimentos de laboratorio, para mostrar que la sal de roca puede hacerse permeable. Su descubrimiento no solo incumbe a las operaciones gasísticas y petroleras, sino también, y sobre todo, al almacenamiento de residuos nucleares.
En el caso de Estados Unidos, los residuos de alto nivel radiactivo del sector de la energía nuclear de la nación se almacenan en las propias centrales nucleares, concretamente dentro de piscinas especiales o en contenedores secos, métodos que son considerados soluciones temporales. Durante décadas, se ha debatido la propuesta de construir un cementerio nuclear permanente bajo la Montaña de Yuca, en Nevada, pero también durante décadas esta se ha visto estancada debido a obstáculos políticos y legislativos. Después de todo, nadie quiere tener cerca a un cementerio nuclear.
Esto ha renovado el interés por la sal de roca como una solución alternativa de almacenamiento permanente para residuos nucleares de alto nivel, habida cuenta de que ya se ha utilizado, sin aparentes problemas, para residuos nucleares de baja actividad (bajo nivel radiactivo). En este contexto, los resultados de la nueva investigación proporcionan un oportuno recordatorio de que la sal de roca es un material dinámico a escalas de tiempo grandes, y que el problema de los residuos radiactivos generados por centrales nucleares no es tan fácil de resolver como se pretende desde algunos sectores.