Arqueología
Estudiando corazones de hace más de 400 años
Gracias a las modernas técnicas de visualización, unos científicos han estudiado varias urnas funerarias en forma de corazón halladas en un yacimiento arqueológico de hace más de 400 años, aprendiendo de paso cómo eran las condiciones de salud de las personas enterradas allí, según un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica.
Los arqueólogos del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva, excavando en el sótano del Convento de los Jacobinos de Rennes, Francia, desenterraron varias tumbas que se remontaban a finales del siglo XVI o principios del XVII.
Entre los elementos extraídos de estas tumbas pertenecientes a familias aposentadas, se encontraban cinco urnas de plomo con forma de corazón. Dentro de cada una había un corazón humano conservado. Para su estudio se llamó a un equipo de radiólogos, incluyendo uno con formación forense.
El equipo utilizó técnicas MRI y CT para obtener imágenes clínicas de los corazones. Si bien las imágenes eran impresionantes, debido a los materiales de embalsamamiento utilizados para conservar los corazones, pudo obtenerse muy poca información sobre la salud de sus propietarios, según Fatima-Zohra Mokrane, radióloga en el Hospital Rangueil.
Así que el equipo limpió cuidadosamente los corazones, retirando el citado material. Después, se repitieron los análisis. En un grupo de imágenes CT (tomografía computerizada), los investigadores pudieron identificar las diferentes estructuras cardiacas, como las cámaras, las válvulas y las arterias coronarias. Una vez se rehidrató el tejido, pudieron identificar con el sistema MRI (resonancia magnética) los músculos miocárdicos. Después se emplearon técnicas convencionales, como la disección, el estudio externo y la histología, para examinar los tejidos de los corazones.
![[Img #32340]](upload/img/periodico/img_32340.jpg)
Uno de ellos parecía sano y no mostraba síntomas de enfermedad. Otros tres sí los mostraban, dado que se encontró placa en las arterias coronarias. El quinto había sido mal conservado y no pudo ser estudiado.
Durante la excavación, los arqueólogos y el equipo de investigación descubrieron también que el corazón de un hombre, más tarde identificado por una inscripción en una de las urnas de plomo como Toussaint Perrien, caballero de Brefeillac, había sido retirado tras su muerte y más tarde enterrado con su esposa, Louise de Quengo, Señora de Brefeillac, cuyo cuerpo conservado fue asimismo encontrado en el lugar.
“Era habitual durante esa época ser enterrado con el corazón de un marido o esposa”, dijo la doctora Mokrane.



