Biología
Evolución acelerada de ciertos peces tras un terremoto en 1964
Se piensa habitualmente en la evolución como en algo que sucede a lo largo de prolongados períodos de tiempo, pero también puede suceder de manera rápida. Consideremos por ejemplo un diminuto pez cuya transformación después del terremoto de Alaska en 1964 ha sido documentada detalladamente por científicos de la Universidad de Oregón y la de Alaska, ambas en Estados Unidos.
El pez, el Gasterosteus aculeatus, originario de aguas marinas, experimentó en apenas unas décadas cambios tanto en sus genes como en rasgos externos visibles, incluyendo ojos, forma, color, tamaño óseo y coraza corporal, cuando se adaptó para sobrevivir en agua dulce. El terremoto, el segundo más potente del que se tenga conocimiento, ocasionó un levantamiento geológico que capturó peces marinos en nuevas lagunas de agua dulce en islas del estrecho del Príncipe Guillermo (Prince William Sound) y del sector del Golfo de Alaska situado al sur de Anchorage.
Los cambios evolutivos en este pez se materializaron en cuestión de décadas, tal como ha comprobado el equipo del biólogo William Cresko, de la Universidad de Oregón. De hecho, algunos lo hicieron en menos tiempo, ya que en varias de las poblaciones estudiadas, Cresko y sus colaboradores han encontrado evidencias de modificaciones en menos de incluso 10 años. Esto demuestra que el cambio evolutivo puede suceder rápidamente, y es probable que esto haya estado ocurriendo también con otros organismos, tal como aventura Cresko.