Geología
¿Qué causa que un supervolcán entre en erupción?
Un supervolcán es un volcán capaz de generar una erupción volcánica explosiva que expulsa muchísimo más magma que una erupción normal. Un supervolcán puede escupir, por ejemplo, unas diez mil veces más magma y cenizas que el Monte Santa Helena en 1980, una de las erupciones más violentas de las últimas décadas.
Es difícil imaginarse la erupción de un supervolcán, pero la superficie de la Tierra ha conservado indicios distintivos de muchas supererupciones masivas. Las capas expansivas de ceniza llegaron a cubrir grandes porciones de muchos continentes. Y las calderas vacías, cráteres que pueden tener un diámetro tan grande como 100 kilómetros, y que son lo que queda después de que un gran volcán se derrumbe al vaciarse su cámara magmática completa, sirven como recordatorios amedrentadores de supererupciones desencadenadas tiempo atrás en lugares como Chile, Estados Unidos, Indonesia y Nueva Zelanda.
Los vulcanólogos siguen buscando respuestas a muchas preguntas sobre los supervolcanes. Una de ellas es: ¿qué desencadena sus erupciones?
El conocimiento de los mecanismos que las producen es esencial para vigilar supervolcanes potenciales, incluyendo al que se halla bajo el Parque Nacional de Yellowstone y al situado bajo Long Valley en California.
En un estudio reciente, el equipo de la geóloga Patricia Gregg, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, ha determinado que los supervolcanes parecen no seguir la mecánica volcánica convencional de acumulación de presión interna hasta que el volcán acaba explotando. En vez de ello, lo descubierto en la investigación indica que tales cámaras magmáticas masivas podrían entrar en erupción cuando el techo sobre ellas se agrieta y derrumba.
Los resultados del nuevo estudio contradicen un par de investigaciones cuyas conclusiones se hicieron públicas en 2014 y según las cuales existe una relación entre la probabilidad de una erupción y la flotabilidad del magma. La hipótesis de la flotabilidad del magma sugería que este podría ser menos denso que la roca circundante y que por tanto podría empujar contra el techo, como un cubito de hielo cabeceando en agua, incrementando la presión dentro de la cámara y desencadenando una erupción.