Ciencia de los materiales
Capa polimérica barata para hacer que ventanas normales sean opacas o transparentes según convenga en cada momento
Cualquiera que haya inflado un globo para una fiesta o haya estirado un par de medias, se habrá dado cuenta de que cuanto más se estira el material, más transparente se vuelve. Esta observación nos revela un hecho simple pero crucial: cuanto más delgado es un material, más luz pasa a través de él.
Ahora, unos científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la ciudad estadounidense de Cambridge, han dado con una teoría que permite predecir con exactitud la cantidad de luz que se transmite a través de un material, teniendo en cuenta su espesor y grado de estiramiento. Valiéndose de la teoría, estos científicos han predicho con precisión los cambios de transparencia de una estructura polimérica similar al caucho, a la que se estiró como un muelle y a la que se infló como a un globo.
La estructura del polímero experimental que ha desarrollado el equipo de Francisco López Jiménez, y el conocimiento predictivo que de ella han adquirido estos investigadores pueden ser útiles en el diseño de materiales más baratos para las ventanas inteligentes, ventanas con superficies que ajustan automáticamente su grado de opacidad o de transparencia dependiendo de la cantidad de luz entrante.
En una vivienda con ventanas que reaccionan automáticamente a la luz, el inquilino no tiene que gastar tanto dinero en calefacción o aire acondicionado. El problema de las ventanas inteligentes comunes es que están hechas de materiales demasiado caros para dotar de esa "inteligencia" a todas las ventanas de una vivienda que deba tener un precio de venta razonable. La idea de López Jiménez y sus colaboradores fue buscar una manera más simple y más barata de regular cuánta luz se deja pasar, estirando o devolviendo a su estado anterior a un material muy simple: un polímero transparente que se puede obtener comercialmente con facilidad.
![[Img #33469]](upload/img/periodico/img_33469.jpg)
Tres recubrimientos basados en el PDMS, un polímero gomoso, transparente y de uso común, constituyendo sendas membranas, cada una de un color distinto. Se las puede inflar o desinflar a modo de pequeños globos y regular así cuanta luz las atraviesa. La fila superior muestra el material de PDMS antes de ser inflado. La fila inferior muestra los PDMS inflados, lo cual deja pasar más luz, como demuestra el hecho de que el logotipo del MIT situado al otro lado pase a ser visible. (Foto: Melanie Gonick / MIT)
Así pues, López Jiménez prevé que la nueva tecnología permitirá recubrir los vidrios de ventanas normales con varias capas de la estructura polimérica. Los diseñadores pueden utilizar la ecuación del grupo para determinar la cantidad de fuerza que se debe aplicar a una capa de polímero a fin de regular con eficacia la cantidad de luz entrante. Así, luego mediante un selector o de modo automático, los inquilinos de la vivienda podrán disfrutar del ajuste más adecuado para cada momento.



