Ecología
Confirman que aún no ha cesado el vertido marítimo de sustancias radiactivas desde la central nuclear de Fukushima Daiichi
Respaldando los resultados de otros trabajos recientes, una nueva investigación confirma que el vertido de sustancias radiactivas al mar desde la central nuclear de Fukushima Daiichi, que sufrió una grave catástrofe en 2011, aún prosigue.
Ken Buesseler, un radioquímico del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (WHOI), en Estados Unidos, lidera desde 2011 una iniciativa orientada a crear y mantener una red de vigilancia oceánica junto a la costa oeste estadounidense. Desde ese año, Buesseler ha recibido aportaciones de ciudadanos, pequeños negocios, fundaciones y grandes compañías para permitir la obtención de casi 1.000 muestras de agua marina en busca de radioisótopos de Fukushima. Buesseler ha participado en siete viajes a Japón, ha tomado muestras frente a Fukushima al menos una vez por año, la más reciente en octubre de 2015, y ha publicado 10 artículos técnicos revisados por pares detallando sus análisis del agua marina y los sedimentos del Pacífico con respecto a la radiactividad de Fukushima.
El trabajo de Buesseler revela que los niveles de formas radiactivas de cesio en el océano frente a Japón son miles de veces más bajos que durante los picos de liberación en 2011, pero sin embargo, su análisis del cesio y el estroncio indica que dichas liberaciones desde la central aún no están bajo control. "Bajo control" es un término que, como afirmación, ha sido utilizado por el gobierno japonés para describir la situación en Fukushima.
Los análisis de muestras de agua de mar en la costa nipona indican pequeñas fugas continuadas y suscitan una honda preocupación sobre los materiales aún almacenados en los terrenos de la central nuclear.
Los niveles de cesio en el agua frente a Japón alcanzaron su máximo después del accidente, y después cayeron durante el año siguiente. Desde entonces, sin embargo, en vez de menguar de forma paulatina, dichos niveles de cesio han permanecido relativamente constantes. “Los niveles hoy en día frente a Japón son miles de veces más bajos que durante los picos de liberación en 2011”, reconoce Buesseler. “Pero no vemos la paulatina reducción que podríamos esperar frente a Fukushima si todas las fuentes emisoras de radiactividad se hubieran parado; al contrario, estamos encontrando valores que aún son elevados, lo que confirma que hay una continuada liberación desde la central”, advierte.
Buesseler y sus colegas piensan que cuando hay lluvias intensas, se transporta hacia el océano una mayor cantidad de isótopos de estroncio, cesio y otros de la central nuclear. “Estamos todavía investigando cómo sucede eso, si son transportados en el agua subterránea o por el movimiento de sedimentos, pero claramente su máximo se halla cerca del lugar contaminado de la central nuclear de Fukushima”, afirma Buesseler.