Ecología
Detección, desde el espacio, de hongos bajo los bosques
Un equipo de científicos liderado por la NASA ha desarrollado el primer método para detectar la presencia de diferentes tipos de hongos en el subsuelo forestal desde el espacio, una información que podría ayudar a los investigadores a predecir cómo alterará el cambio climático a los hábitats forestales.
Oculta bajo cada bosque se halla una red de hongos que viven bajo relaciones mutuamente beneficiosas con los árboles. Llamados hongos micorrícicos, estos organismos se extienden bajo el suelo a lo largo de kilómetros, atrapando nutrientes que intercambian por los azúcares que los árboles producen durante la fotosíntesis.
Casi todas las especies de árboles se asocian con solo uno de los dos tipos de hongos micorrícicos. Dado que se espera que los dos tipos de hongo respondan de forma diferente ante el cambio climático, saber dónde predomina cada uno podría ayudar a los científicos a predecir dónde prosperarán los bosques en el futuro y dónde flaquearán.
La creación de mapas de los bosques y sus hongos ha dependido tradicionalmente de varios métodos de conteo de especies individuales de árboles, un enfoque que resulta inviable a grandes escalas. En un nuevo estudio, el equipo de Joshua Fisher, de la NASA, y Richard Phillips, de la Universidad de Indiana en Bloomington, ambas entidades en Estados Unidos, ha descubierto un modo de detectar esta red oculta usando imágenes de satélite.
![[Img #35088]](upload/img/periodico/img_35088.jpg)
Casi todos los árboles de los bosques viven en simbiosis con hongos subterráneos, y el tipo de hongo en un bosque puede ser ahora identificado en las imágenes captadas desde satélite. (Foto: Malene Thyssen/CC BY-SA 3.0)
Cada especie de árbol posee su propia firma espectral (absorbe o refleja luz en un patrón específico a lo largo de todas las longitudes de onda del espectro de la luz). Usando imágenes de satélite de la cubierta o "tejado" vegetal formado por las copas de los árboles, el equipo de Fisher sondeó si, en las firmas espectrales de las especies de árboles asociadas con uno de los dos tipos de hongo, podía identificar algún patrón que no apareciese en las especies asociadas con el otro tipo, permitiendo de este modo distinguir entre los árboles asociados a una clase de hongos y los asociados con la otra.
Fisher y sus colegas hallaron que podían predecir correctamente la asociación de los hongos en el 77 por ciento de las imágenes. A continuación comenzaron a producir mapas de gran cobertura de las asociaciones de los hongos, lo cual ya ha puesto de manifiesto la existencia de curiosos patrones en bosques. Estos patrones serán estudiados en mayor detalle en el futuro.



