Entomología
Los insectos palo producen por sí mismos enzimas de origen bacteriano
En el transcurso de la evolución, genes de microbios del intestino “saltaron” a su anfitrión insecto.
Muchos animales dependen de su microbioma para digerir su comida. Los microorganismos simbióticos producen enzimas que sus anfitriones no pueden, y estas trabajan en solitario o junto con las propias enzimas del animal para descomponer su comida. Muchos insectos que se alimentan de plantas necesitan enzimas microbianas, como las pectinasas, que degradan las paredes celulares vegetales; a pesar de todo, algunos insectos han superado esta dependencia de una forma sorprendente.
El equipo de Matan Shelomi, del Instituto Max Planck para la Ecología Química en Jena, Alemania, ha encontrado que los insectos palo producen por sí mismos enzimas microbianas. Los genes para producir estas enzimas esenciales simplemente “saltaron” desde un microbio intestinal ancestral hasta su anfitrión insecto. Se trata de un llamativo caso de lo que se denomina "transferencia genética horizontal".
Lo normal es que los insectos sean incapaces de producir sus propias pectinasas. Y sin embargo los insectos palo fabrican muchas, y su genoma contiene múltiples genes para la pectinasa. Atendiendo a la similitud del ADN, el origen fue el tipo de bacteria más habitual en el microbioma del insecto palo, un tipo que además también está presente a menudo en las hojas que comen.
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El insecto palo vietnamita Ramulus artemis. Es una de las seis especies de insecto palo en las que los investigadores aislaron genes para la pectinasa. (Foto: Matan Shelomi / Max Planck Institute for Chemical Ecology)
Shelomi y sus colegas desconocen el modo exacto en que ocurrió dicha transferencia, aunque desde entonces los genes adquiridos han evolucionado junto a ellos. Las pruebas muestran que algunas de las nuevas pectinasas conservan su tarea original de degradar la pectina, mientras que otras tienen funciones aún desconocidas.



