Geología
Exploración de la caldera del monstruoso volcán Bárðarbunga
La erupción del Bárðarbunga en Islandia batió en 2014 varios récords. Fue la más potente en Europa desde hace más de 240 años. La hondonada que dejó, lo que se denomina caldera, es la mayor cuya formación se haya visto. Y el suceso como tal fue estudiado con un detalle sin precedente por un equipo internacional de científicos. Tras un largo y minucioso análisis a cargo del equipo de Magnus T. Gudmundsson, de la Universidad de Islandia, así como Eoghan Holohan, Sebastian Heimann y Thomas Walter, del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ), los resultados se han presentado públicamente. Los científicos usaron imágenes captadas desde satélite, datos sismológicos y geoquímicos, modelos digitales y datos GPS.
La caldera de Bárðarbunga se formó desde agosto de 2014 hasta febrero de 2015, en el centro de Islandia. Como su nombre indica, las calderas son estructuras volcánicas con forma de caldero y con diámetros de entre 1 y 100 kilómetros aproximadamente. Se forman a través del derrumbe de depósitos de magma subterráneos durante las erupciones volcánicas. Dado que su formación no es muy frecuente, la información sobre tales calderas es escasa.
El proceso de subsidencia fue provocado por la intrusión lateral de magma desde un depósito a 12 kilómetros por debajo de la superficie. El magma fluyó durante 45 kilómetros a lo largo de una vía subterránea antes de surgir como un gran flujo de lava al nordeste del volcán. La subsidencia fue acompañada por 77 terremotos.
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En su estudio, los científicos muestran cómo la cuenca de subsidencia se desarrolló gradualmente con el transcurso de seis meses hasta alcanzar entre 8 y 11 kilómetros de extremo a extremo, y hasta 65 metros de profundidad. Con un área de 110 kilómetros cuadrados, es la más grande de entre todas las calderas cuyo derrumbe se ha observado.



