Astronomía
Observando los fragmentos de un cometa en destrucción
Unos astrónomos han conseguido las observaciones más detalladas de un cometa deshaciéndose a 108 millones de kilómetros de la Tierra (67 millones de millas), usando el Telescopio Espacial Hubble de la NASA.
En una serie de imágenes tomadas a lo largo de tres días, y posteriormente analizadas en detalle por el equipo del astrofísico David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, se ha reconocido la presencia de 25 fragmentos cuya composición consiste mayormente en una mezcla de hielo y polvo. Estos fragmentos están alejándose del cometa a un ritmo equivalente a la velocidad de un humano adulto caminando.
Las imágenes sugieren que el cometa, con una edad de unos 4.500 millones de años y llamado 332P/Ikeya-Murakami, o cometa 332P, podría estar girando tan rápido que eyecta material de su superficie. Los escombros resultantes están ahora esparcidos a lo largo de una estela de unos 5.000 kilómetros (3.000 millas).
Las imágenes del Hubble muestran que el cometa progenitor cambia frecuentemente de brillo, completando una rotación cada dos a cuatro horas.
El cometa es mucho más pequeño de lo que pensaban los astrónomos, midiendo menos de 500 metros (unos 1.600 pies).
Imagen del cometa 332P fragmentándose, captada por el Telescopio Espacial Hubble. (Foto: NASA, ESA y David Jewitt/UCLA)
El cometa 332P fue descubierto en noviembre de 2010, después de aumentar de brillo y ser avistado por dos astrónomos aficionados japoneses.
El equipo de Jewitt cree que la luz solar calentó la superficie del cometa, causando la expulsión de chorros de polvo y gas. Dado que el núcleo es tan pequeño, estos chorros actúan como motores cohete, aumentando la velocidad de rotación del cometa. El ritmo de giro más rápido hace que se desprendan bloques de material, que comienzan a seguir trayectorias propias en el espacio.
Parece que algunos de los pedazos eyectados se han troceado a su vez, en una especie de fragmentación en cascada.