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En un laboratorio finlandés se ha conseguido producir cadenas cortas y anillos de nanopartículas de oro con una precisión sin precedentes. El logro ha sido posible gracias a utilizar una clase especial de nanopartículas con una estructura bien definida y unidas entre sí con puentes moleculares. Estas estructuras (que a efectos prácticos son moléculas enormes), permiten realizar investigaciones extremadamente precisas de la interacción entre la luz y la materia en nanoestructuras metálicas y en plasmónica.
La nanotecnología nos proporciona herramientas para fabricar partículas de tamaño nanométrico donde solo unos pocos cientos de átomos de metal forman sus núcleos. A esta escala aparecen nuevas e interesantes propiedades, por ejemplo, la interacción luz-materia es extremadamente fuerte y la actividad catalítica aumenta. Estas propiedades han llevado a varias aplicaciones, como nuevos tipos de sensores químicos y de catalizadores.
El enfoque adoptado por el equipo de Tanja Lahtinen y Eero Hulkko, del Centro de Nanociencias de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, es excepcional en el sentido de que tras la purificación se obtiene solo un único tipo de nanopartícula. Estas nanopartículas tienen una cantidad especificada de átomos de cada tipo y estos están organizad
El equipo del Centro de Nanociencias de la Universidad de Jyväskylä ha conseguido producir cadenas cortas y anillos de nanopartículas de oro con una precisión sin precedentes. (Imagen: Jyväskylän Yliopisto)
Cuando las nanoestructuras de esta clase de interaccionan con la luz, se acoplan las nubes de electrones de los núcleos de metal vecinos. El acoplamiento altera notablemente el campo eléctrico que experimentan las moléculas de en medio.