Microbiología
Las bacterias presentes en nuestra piel pueden protegernos de algunas enfermedades
Cada vez hay más ejemplos de maneras en que podemos beneficiarnos de nuestras bacterias. A juzgar por los resultados de una nueva investigación, ello es igualmente cierto para nuestra piel.
El equipo de Rolf Lood, de la Universidad de Lund en Suecia, ha mostrado que las bacterias más comunes en la piel humana segregan una proteína que nos protege de las especies reactivas del oxígeno, sustancias potencialmente dañinas que se cree contribuyen a la aparición de varias enfermedades cutáneas. La proteína actúa como antioxidante frente a tales sustancias.
La bacteria cutánea se llama Propionibacterium acnes. El nombre procede del hecho de que se la descubrió por vez primera en un paciente con un grave acné. Pero no está claro si ocasiona este. Pudo estar presente simplemente por lo muy común que es, tal como razona Lood.
Esta bacteria segrega una proteína llamada RoxP, la cual protege concretamente contra lo que se conoce como estrés oxidativo, un trastorno en el que las especies reactivas del oxígeno dañan las células. Una causa habitual de estrés oxidativo sobre la piel es la radiación ultravioleta del Sol.
Esta proteína es importante para la propia supervivencia de la bacteria en nuestra piel. Gracias a segregar la RoxP, el microorganismo hace más habitable el entorno en el que reside, pero dicha segregación también nos beneficia a nosotros.
Bacterias Propionibacterium acnes. (Foto: Matthias Mörgelin, Lunds Universitet)
El estrés oxidativo está considerado como el principal de los factores que contribuyen a varias enfermedades cutáneas, incluyendo la dermatitis atópica, la psoriasis y el cáncer de piel.
Dado que la Propionibacterium acnes es tan común, está presente tanto en personas sanas como en aquellas que sufren enfermedades de la piel. Según Lood, sin embargo, un aspecto clave es que las personas tenemos diferentes cantidades de la bacteria en nuestra piel, y el microbio también puede producir mayor o menor cantidad de la proteína protectora RoxP.
Esto será investigado ahora por Lood y sus colaboradores tanto en pacientes como en animales de laboratorio.