El gran peligro de guardar nicotina líquida en un hogar con niños pequeños

Una niña de seis años que se tragó accidentalmente nicotina líquida destinada a los cigarrillos electrónicos de sus padres precisó de un tratamiento médico urgente e inmediato, el cual incluyó intubación y una permanencia en una unidad pediátrica de cuidados intensivos. El informe de este caso se hizo público recientemente en la revista académica Annals of Emergency Medicine, apenas un par de semanas después de que un informe gubernamental alertase de los peligros de los cigarrillos electrónicos, calificándolos de “gran problema de salud pública”.

La citada revista pertenece al American College of Emergency Physicians, la asociación estadounidense que agrupa a especialistas en medicina de urgencias.

La nicotina líquida está muy concentrada, lo que la hace especialmente peligrosa en hogares con niños, tal como por desgracia se ha comprobado en el citado caso de intoxicación y como subraya el Dr. Matthew Noble, del Departamento de Medicina de Urgencias en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, en la ciudad estadounidense de Portland. La niña perdió el conocimiento casi inmediatamente tras beber la nicotina líquida. A pesar de la intervención inmediata de los padres y de los servicios de emergencia médica, aún requirió ventilación asistida y su ingreso en la unidad de cuidados intensivos. Aunque afortunadamente se pudo acabar dándole el alta del hospital tras alcanzar unas condiciones estables, lo cierto es que bajo circunstancias ligeramente diferentes el caso podría haber tenido un desenlace trágico.

La nicotina líquida puso en peligro, por accidente, la vida de una niña. (Foto: American College of Emergency Physicians)

La madre de la paciente había llenado una botella vacía de ibuprofeno con nicotina líquida que ella misma mezcló, usando una combinación de nicotina sin sabor y glicerina vegetal. El padre de la niña, sin darse cuenta de que la botella de ibuprofeno contenía la nicotina de su esposa, administró una dosis a su hija para calmarle el dolor provocado por una torcedura de tobillo. Los efectos fueron inmediatos y el padre contactó con los servicios de emergencias médicas en menos de 5 minutos. Tras recuperar la consciencia, la niña aún tenía su estado mental alterado, su ritmo cardiaco era bajo y empezó a vomitar, a sudar mucho, y a experimentar espasmos musculares y una incapacidad para controlar sus copiosas secreciones.

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