Biotecnología
Dispositivo basado en bacterias para suministro energético autosostenible
Unos investigadores han abierto las puertas al próximo paso en el ámbito de las células de combustible microbianas. Lo han hecho con la primera célula autosostenida a escala micrométrica, que generó energía durante 13 días seguidos a través de interacciones simbióticas de dos tipos de bacterias.
Este concepto de crear electricidad a través de cooperación sinérgica no es nuevo. Sin embargo, buena parte de este trabajo se halla aún en una etapa inicial. La evolución de esta tecnología requerirá mayor exploración, pero Lin Liu y Seokheun Choi, de la Universidad Estatal de Nueva York en la ciudad estadounidense de Binghamton, han aplicado por vez primera esta idea conceptual en un dispositivo a escala micrométrica.
Los investigadores colocaron un cultivo mixto de bacterias fototróficas y heterotróficas en una cámara con una quinta parte del tamaño de una cucharadita de té (90 microlitros). Las bacterias fototróficas usan luz solar, dióxido de carbono y agua para producir su propia energía, mientras que las heterotróficas, para sobrevivir, deben “alimentarse” de materia orgánica que se les proporcione o de bacterias fototróficas, como lo hacen las vacas pastando en un campo.
![[Img #42631]](upload/img/periodico/img_42631.jpg)
Seokheun Choi. (Foto: Binghamton University)
Aunque la cámara estaba expuesta a la luz solar, se añadió a ella una dosis inicial de “comida” para estimular el crecimiento de las bacterias heterotróficas. A través de la respiración celular, estas produjeron como desecho dióxido de carbono, que fue a su vez utilizado por las bacterias fototróficas para iniciar el ciclo simbiótico.
Después de establecerse el ciclo, los investigadores dejaron de añadir “comida” extra para las bacterias heterotróficas, existiendo ya suficientes bacterias fototróficas para sostener los procesos metabólicos de las heterotróficas. Esos procesos metabólicos generaron una corriente eléctrica (8 microamperios por centímetro cuadrado de cámara) durante 13 días seguidos. La energía era unas 70 veces más grande que la corriente producida por las bacterias fototróficas en solitario.



