Ingeniería
Tejidos metálicos para usar fuera de la Tierra
Raul Polit Casillas creció entre tejidos. Su madre es diseñadora de moda en España y desde corta edad se sintió intrigado por los modos de usar materiales en nuevos diseños.
Ahora, como ingeniero de sistemas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, Estados Unidos, aún permanece en cierta manera en el mundo de los tejidos. Él y sus colegas están diseñando "telas" avanzadas de metal entretejido para su uso en el espacio.
Estos singulares tejidos podrían ser útiles para dar forma a grandes antenas y otros dispositivos desplegables, porque el material se puede plegar y su forma puede variar rápidamente a conveniencia de los usuarios. Los tejidos podrían también llegar a ser utilizados para proteger a las naves espaciales frente a los meteoritos, o para capturar objetos en la superficie de otro planeta.
Los prototipos que Polit-Casillas y sus colegas han creado se parecen a una cota de malla, con pequeños cuadrados plateados enhebrados entre sí. Pero estos tejidos no se cosieron sino que fueron impresos en 3D, o sea creados de una pieza, con una técnica avanzada de esa clase de impresión, o fabricación aditiva como también se la conoce.
A diferencia de las técnicas de manufactura tradicionales, en las que las diversas piezas se sueldan entre sí, la fabricación aditiva deposita material en capas para formar el objeto deseado. Esto reduce el coste e incrementa la capacidad de crear materiales peculiares, cuya elaboración mediante técnicas convencionales sería muy difícil o incluso imposible.
Este “tejido espacial” metálico fue creado usando técnicas de impresión 3D que añaden una funcionalidad diferente a cada lado del material. (Foto: NASA/JPL-Caltech)
Los tejidos espaciales poseen cuatro funciones esenciales: reflectividad, gestión pasiva del calor, capacidad de plegarse y desplegarse, y resistencia a la tracción. Una cara del tejido refleja luz, mientras que la otra la absorbe, actuando como sistema de control térmico. Puede plegarse en muchas formas diferentes y adaptarse a diversas figuras geométricas, siendo todavía capaz de soportar la fuerza aplicada cuando se tira de él.
El equipo del JPL no solo quiere probar algún día estos tejidos en el espacio, quiere asimismo poder fabricarlos fuera de la Tierra.
En un futuro distante, los astronautas podrían elaborar por impresión 3D materiales especiales a partir de materias primas relativamente comunes, a medida que los necesitasen, e incluso reciclar materiales de este tipo, descomponiéndolos y dándoles nuevas características y usos. En un ambiente aislado como una nave espacial, no hay más materiales de construcción que los existentes a bordo, por lo que es fundamental tener la capacidad de poder aprovecharlo todo.