Medicina
El bypass y el balón intragástrico como técnicas de adelgazamiento
Los cánones de belleza actuales han normalizado el culto al cuerpo de forma que cualquiera que se salga un poco de esos parámetros verá dañada su autoestima. Los medios de comunicación muestran cuerpos perfectos, en muchas ocasiones poco realistas, pero pueden generar malestar en las personas que no se identifican con esas imágenes. Se termina por identificar delgadez con salud, y eso no es así. Mantenerse sano no significa estar delgado, sino mantenerse dentro su rango de peso adecuado a características como su edad o su altura. Cuando existe un sobrepeso que puede dar problemas y los pacientes no consiguen bajar de peso con los métodos habituales de dietas y ejercicio, es recomendable que pidan ayuda en su centro de salud para saber cuál es el próximo paso que deben dar.
En los casos de obesidad es muy común que terminen siendo derivados a especialistas que estudiarán su caso y les aconsejarán a qué tipo de tratamiento o cirugía deberían someterse para mejorar su situación. Dos de los más comunes son el balón intragástrico y el bypass. El balón gástrico tiene la principal ventaja de que es un procedimiento poco invasivo al realizarse sin cirugía. La forma de implantación se realiza endoscópicamente, es decir, se introduce por la cavidad bucal hasta colocarse en el estómago. Después se infla con suero hasta llenar unos 2/3 del estómago, creando así una sensación de saciedad. No es un método que dure para siempre, el balón debe retirarse pasados 6 meses o un año, dependiendo del tipo. Lo que se calcula es que la persona habrá conseguido aprender a comer saludablemente para cuando llegue el momento de quitar el balón gástrico.
El bypass puede ser una solución para personas con obesidad mórbida, aunque igual que en el caso anterior, si el paciente que se somete a la intervención no consigue acostumbrarse a comer bien, con el paso de los años podría hacer efecto rebote y recuperar el peso. Al tratarse de una operación quirúrgica, el bypass gástrico tiene unos riesgos mayores que el balón, pero su porcentaje de complicaciones derivadas ronda el 10%, con un riesgo de mortalidad inferior al 1%. Esta operación es una técnica bariátrica, hecha mediante laparoscopia. El procedimiento consiste en una reducción del estómago muy considerable, lo que ayuda a eliminar la sensación de hambre, pudiendo llegar a perder en 5 años cerca del 70% del peso extra.