Paleontología
Nuevo género de ballenas extintas
Unos paleontólogos están reescribiendo la historia evolutiva de las ballenas antiguas de Nueva Zelanda, al describir científicamente un nuevo género de ballena barbada previamente desconocido, cuyos integrantes vivieron hace más de 27,5 millones de años y del que se han encontrado restos en el valle de Hakataramea, en dicho país.
La identificación del nuevo género y especie de ballena barbada extinta, realizada por el equipo de Cheng-Hsiu Tsai (ahora en la Universidad Nacional de Taiwán) y Ewan Fordyce (de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda), se ha basado en un cráneo y huesos asociados extraídos de la formación geológica de Kokoamu Greensand, un notable yacimiento de fósiles del periodo Oligoceno, que se extiende desde hace 33,9 millones de años hasta hace 23 millones. En aquellos tiempos, Nueva Zelanda era un archipiélago rodeado por mares poco profundos y muy productivos biológicamente.
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El fósil se extrajo en enero de 1988. Sin embargo, solo en años recientes se ha comenzado a avanzar en el trabajo analítico realizado sobre él.
Si bien el esqueleto de la ballena estaba desarticulado cuando fue desenterrado, los huesos estaban muy cerca unos de otros, lo que proporcionó a los paleontólogos material de sobra para empezar a trabajar. En particular estaban bien conservados los huesos del oído, muy adecuados para aportar datos esclarecedores, y que ayudaron mucho a hacer la identificación. El cráneo tenía aproximadamente 1 metro de largo y el cuerpo unos 5 metros, lo que significa que el tamaño corporal de las ballenas Toipahautea waitaki era más bien modesto.
Andrew Grebneff preparando los huesos del nuevo fósil de ballena Toipahautea. En esta fase de su labor, los retira de la cubierta protectora de yeso. (Foto: R. Ewan Fordyce, University of Otago)
Los investigadores no pudieron determinar cómo murió el individuo analizado. Pudo ser atacado por un tiburón, quedar varado en una playa o sufrir una enfermedad mortal. Cuando murió, se hundió hasta el fondo del lecho marino, con su esqueleto desarmándose y sirviendo como plataforma para que crecieran ahí corales y otros organismos.