Arqueología
Descubren un caso inglés de rito de cremación de hace 4.000 años y un enigma medieval relacionado con él
Una excavación en las ruinas casi invisibles de un túmulo funerario de la Edad de Bronce en el sudoeste de Inglaterra ha permitido descubrir los vestigios intactos de una cremación ritual de restos humanos llevada a cabo hace cuatro milenios, así como evidencias de lo que parece ser una tradición mantenida en ese sitio que se prolongó hasta la Edad Media, o quizás algún tipo de recuperación de esa antigua y olvidada tradición.
La excavación realizada por el equipo de Catherine Frieman, arqueóloga de la Universidad Nacional Australiana (ANU), cerca de la localidad de Looe en Cornualles ha constituido la primera vez en la zona que en un yacimiento como este se ha excavado siguiendo los estándares arqueológicos modernos.
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
No parecía que la excavación de Frieman y sus colegas fuese a tener mucho éxito, ya que como la propia Frieman recuerda, cuando se inició los granjeros locales le dijeron que habían arado el campo en su niñez. De hecho, ese terreno ha experimentado el trabajo agrícola de generaciones de labradores. Todo apuntaba a que si se descubría algo, estaría muy mal preservado.
Contra todo pronóstico, los arqueólogos hallaron intacta una urna funeraria de arcilla que les reveló la cremación de restos humanos acaecida hace unos 4.000 años. Y la encontraron a solo 25 centímetros por debajo de la superficie.
Esta y otras evidencias del yacimiento arqueológico han llevado a Frieman a concluir que muy probablemente sobre la sepultura hubo un gran túmulo que existió desde aquella lejana época hasta bien entrada la Edad Media.
El equipo de Catherine Frieman trabajando en la excavación. (Foto: © SEKAS)
"Se trata de una cremación sellada e intacta, de manera que tiene el potencial de decirnos mucho sobre ese rito de cremación, tal como se practicaba hace 4.000 años", destaca Frieman. Ella y sus colegas también han descubierto algunos fragmentos identificables de hueso entre los restos incinerados, de modo que ahora quizá sea posible averiguar más cosas sobre los individuos a los que pertenecen los restos mortales. Es factible que se pueda determinar su sexo, posiblemente su edad o rango de edades, y dependiendo del grado exacto de conservación ósea, será factible llevar a cabo análisis para examinar la procedencia geográfica de esas personas, cómo eran sus dietas, de dónde procedían sus alimentos y qué comieron y bebieron durante la época de su niñez en la que sus dientes se estaban formando.
Otros objetos descubiertos en el yacimiento incluyen varios ejemplos de alfarería de la Edad de Bronce de Cornualles, herramientas de sílex y dos percutores (piedras martillo) de alta calidad empleadas para fabricar herramientas de sílex. Sin embargo, lo que más ha sorprendido y mantiene desconcertados a Frieman y sus colegas es el descubrimiento de cierta clase de actividad medieval en el mismo yacimiento. Todo empezó cuando estos arqueólogos descubrieron lo que parece ser un recipiente medieval completo (aunque aplastado) perteneciente al siglo XII o al XIII, situada con cuidado bajo un par de capas de piedras planas. Poseía adheridos algunos restos de comida cocinada. El equipo de Frieman desconoce por qué el recipiente fue colocado de ese modo y justo allí.
Siglos después de que el túmulo fuera construido, alguien de entre los siglos XII y XIII regresó al lugar y excavó para enterrar este recipiente. En ese momento existían dos monasterios locales a la vista de este sitio, así que, tal como razona Frieman, sería muy extraño que hubiera actividad no cristiana en él. Todo apunta a algún tipo de ritual, pero nadie del equipo puede imaginar en qué consistía.