Microbiología
Descubiertos posibles mecanismos utilizados por los virus para adaptarse al aumento de temperatura ambiental
Los bacteriófagos o fagos (virus que infectan a las bacterias) son las entidades biológicas más abundantes en la biosfera. Su importancia es crucial para que la vida en la Tierra pueda mantenerse en la forma en la que la conocemos. Esto es debido a que estos virus son los encargados de regular la abundancia y la diversidad de las poblaciones de bacterias. Además, intervienen en los ciclos biogeoquímicos de numerosos elementos químicos. Por todo ello, “es importante conocer cómo los fagos pueden responder al aumento de temperatura que está experimentando nuestro planeta como consecuencia del cambio climático, ya que es una condición que les afecta, no sólo cuando se están multiplicando dentro de la célula que infectan, sino también cuando se comportan como partículas inertes en el medio extracelular”, asegura Ester Lázaro, investigadora principal del estudio, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, del grupo editorial Nature.
(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
Este nuevo trabajo, realizado por investigadores del Centro de Astrobiología (CSICINTA) recoge el estudio de la capacidad de una población de un fago que infecta la bacteria Escherichia Coli para adaptarse a temperaturas extracelulares extremas (60ºC), combinadas con otras intracelulares menos extremas (43ºC), aunque también más elevadas que su temperatura óptima de 37ºC. Los resultados de los experimentos de evolución realizados mostraron que este fago puede ser optimizado para multiplicarse a 43ºC y también para sobrevivir en el medio externo a 60ºC. Sin embargo, la adaptación simultánea a ambas condiciones requirió que al menos una de ellas fuera aplicada de forma gradual. Durante el proceso, el virus adquirió una serie de mutaciones. Una de ellas, que afecta a una proteína minoritaria de la cubierta del virus, fue suficiente para que incrementara su resistencia al aumento de temperatura fuera de la célula.
![[Img #51210]](upload/img/periodico/img_51210.jpg)
Representación artística del bacteriófago Qβ. (Foto: ©Jean-Yves Sgro, 2004)
El estudio demuestra, por tanto, la gran capacidad de los fagos para adaptarse a condiciones de cambio ambiental que, debido a su fuerte impacto en las dos fases del ciclo del virus, podrían haber limitado enormemente su capacidad de adaptación. “Las cuestiones que quedan ahora abiertas para próximas investigaciones se refieren”, señala María Arribas, co-autora del estudio, “al papel de la co-evolución entre los fagos y sus hospedadores en el éxito de la adaptación y al análisis del impacto de las mutaciones seleccionadas a alta temperatura en la futura adaptación del virus a nuevas condiciones ambientales”. (Fuente: CAB)



