Psicología
Las raíces psicológicas de la Primavera Árabe
La sabiduría popular sugiere que cuando las personas creen que es imposible luchar contra una ley o restricción, son más propensas al conformismo que cuando piensan que hay una oportunidad de cambiar las cosas.
En un nuevo estudio, se ha puesto a prueba la veracidad de esta idea, y su posible conexión con la revolución popular de la Primavera Árabe.
En el pasado, muchos estudios psicológicos han obtenido uno de dos resultados contradictorios sobre cómo la gente reacciona ante las reglas. En algunas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que, cuando hay nuevas restricciones, se tiende a racionalizarlas; de alguna manera, el cerebro busca la manera de creer que la restricción es una buena idea. Sin embargo, otras investigaciones han obtenido el resultado de que las personas reaccionan de forma negativa ante las nuevas restricciones, pasando a desear más que antes aquello que ha sido prohibido.
Kristin Laurin de la Universidad de Waterloo, Canadá, pensó que la diferencia podría estar en lo inamovible de esa nueva ley o prohibición. Al creer que es imposible luchar contra una ley o restricción, resignarse a ello parece lo más sensato, mientras que si se percibe una oportunidad de cambiar las cosas, el deseo de aprovecharla gana puntos.
Laurin, Aaron Kay y Gavan Fitzsimons de la Universidad Duke, en Estados Unidos, pusieron en marcha una investigación para comprobar esas suposiciones.
En un experimento de este estudio, los participantes leyeron un texto en el que se afirmaba que la disminución de los límites de velocidad en las ciudades significaría una mayor seguridad para la gente. El texto decía también que el gobierno había decidido reducir esos límites de velocidad.
A algunas de esas personas se les dijo que esta ley entraría en vigor definitivamente. Y otras leyeron que era probable que se aprobara, pero que todavía había algunas probabilidades de que el gobierno se echara atrás.
La gente que creyó que los límites de velocidad se reducirían definitivamente apoyó el cambio más que los sujetos de control. En cambio, las personas que creyeron que todavía existía la posibilidad de que no se aprobase la nueva ley dieron a ésta menos apoyo que los sujetos de control. Esto confirma lo sugerido por la sabiduría popular.
El fenómeno podría ayudar a explicar cómo las revueltas populares se extendieron con tanta fuerza y rapidez por el mundo árabe a principios de este año. Cuando la gente vivía bajo un gobierno despótico cuyo poder parecía ser absoluto, el conformismo era la norma. Sin embargo, cuando el presidente de Túnez fue derrocado y tuvo que huir del país, los ciudadanos de los países vecinos se dieron cuenta de que sus gobiernos no eran tan inamovibles como parecían, y que tenían capacidad para cambiar las cosas, por lo que abandonaron el conformismo.



