Ecología
¿Beneficios inesperados para la vida marina de algunas estructuras artificiales submarinas?
Un grupo internacional de científicos hace un llamamiento un tanto sorprendente y que seguramente generará polémicas: pide a las autoridades que se suspenda, excepto en casos claramente perjudiciales, la retirada del medio marino de plataformas petrolíferas, turbinas eólicas y otras instalaciones artificiales en desuso. Hasta ahora, se ha venido considerando que lo más apropiado para el bienestar de los animales marinos es retirar del fondo marino toda estructura artificial que llegue al fin de su vida útil.
El equipo internacional de Jonas Teilmann, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, ha llegado a la citada conclusión tras realizar diversas observaciones de zonas del fondo marítimo con estructuras artificiales.
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Una cámara sumergida en una vieja plataforma petrolera y gasística al final de su vida útil muestra una notable presencia de peces, incluyendo bacalaos, así como muchos otros animales marinos. Esta diversidad de formas de vida no se ve habitualmente en esta región del Mar del Norte.
Los autores del estudio también han visto muchas más marsopas alrededor de las plataformas petroleras que en el mar circundante.
Una estructura artificial del tipo de una plataforma petrolera suele estar presente en el mar durante unos 20 o 30 años. A lo largo de este periodo, los tubos, las barras, los bloques de hormigón y muchos otros componentes se convierten en un sustrato apropiado para que se adhieran plantas y animales. Y este rico entorno atrae a peces y mamíferos.
Se decidió internacionalmente que todas esas instalaciones artificiales en el mar deben ser eliminadas cuando dejen de ser utilizadas. Pero ahora los casi 30 investigadores que han realizado el nuevo estudio dicen que esta decisión debería quizá ser reconsiderada.
Hay una gran abundancia de bacalaos en torno a la parte sumergida de esta plataforma petrolífera. (Foto: C. Kuyvenhoven)
"En el Mar del Norte, por ejemplo, una plataforma petrolera tendrá la misma función que un arrecife natural de piedra", explica Teilmann.
Y los arrecifes de piedra son escasos, dado que sus piedras han sido retiradas y utilizadas para, entre otras cosas, la construcción de embarcaderos, o han sido destruidos y su material dispersado debido a prácticas muy agresivas de pesca de arrastre.
"Hemos observado una biodiversidad notablemente mayor alrededor de las viejas instalaciones, y animamos a las autoridades a evaluar, en cada caso individual, si se puede conceder una excepción para la exigencia de retirada. Cuando se haga la evaluación, las condiciones medioambientales resultantes deben tener, por supuesto, la suficiente calidad", afirma Teilmann.
En todo el mundo existen más de 7.500 plataformas de petróleo y gas, y entre 10.000 y 20.000 turbinas eólicas que necesitan ser retiradas en algún momento. Se estima que la eliminación de estas instalaciones costará hasta 100.000 millones de euros.
Pero en vez de una retirada sistemática, quizá se pueda ahorrar buena parte de ese dinero y al mismo tiempo mejorar las condiciones para la vida marina en esos sitios.
Dejando la plataforma en su sitio, podríamos asegurar una mayor biodiversidad en el mar. Las estructuras artificiales también aseguran que las áreas no sean barridas por la pesca de arrastre. Las redes de arrastre más pesadas convierten el lecho marino en un desierto uniforme con escasa biodiversidad, tal como argumenta Teilmann.