El análisis de rocas expulsadas por el volcán Agrigan en el Pacífico Occidental, cerca de la Isla de Guam, ha desvelado que están muy oxidadas como consecuencia de su exposición al oxígeno cuando se formaron en el manto de la Tierra.
En un proceso que dura millones de años, las rocas del fondo marino son transportadas de regreso al manto terrestre en las zonas de subducción, que son lugares del fondo marino donde se ha producido una colisión entre placas tectónicas, con el resultado de que una de ellas es empujada por debajo de la otra. Esas rocas del fondo marino que se hunden en el manto transportan hacia éste más oxígeno.
"El ciclo del oxígeno en la superficie terrestre es fundamental para la vida y la actividad que tiene lugar en la superficie, pero es igualmente esencial en el manto de la Tierra", subraya Katherine Kelley, geóloga en la Universidad de Rhode Island.
La disponibilidad de oxígeno para el manto viene determinada en parte por la del oxígeno en la superficie.
Este descubrimiento es importante porque la disponibilidad de oxígeno para el manto controla qué minerales se encuentran allí, cómo se comportan ciertos elementos, y qué clase de gases pueden ser expulsados por los volcanes.
Algunos científicos han sostenido que la disponibilidad de oxígeno en el manto no ha cambiado desde que la Tierra se formó. Sin embargo, si la tectónica de placas traslada este material oxidado hacia el manto, como Kelley ha demostrado, entonces está añadiéndole oxígeno. El hallazgo de la geóloga sugiere asimismo que los procesos geológicos que tienen lugar en la superficie de la Tierra probablemente también influyen en los que se desarrollan en las profundidades de la Tierra.
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