Biología
El inesperado papel de la autofagia en los beneficios del ejercicio físico
Los efectos beneficiosos que el ejercicio físico ejerce sobre el metabolismo del azúcar en la sangre podrían derivar de la capacidad del cuerpo para nutrirse de tejidos propios. La autofagia es un proceso que utilizan las células ante situaciones de hambre o bajo otras condiciones severas. Mediante la autofagia, las células degradan partes dañadas o innecesarias de sí mismas para producir energía.
Se sabe que el ejercicio físico tiene efectos beneficiosos para la salud, pero no está claro cuáles son los mecanismos exactos mediante los cuales lo consigue. Por otro lado, se sabe que la autofagia tiene varios efectos beneficiosos para la salud, y que estos efectos coinciden estrechamente con los ejercidos por el ejercicio físico.
El equipo de las doctoras Beth Levine y Congcong He, del Centro Médico del Sudoeste, dependiente de la Universidad de Texas, se planteó la hipótesis de que algunos de los efectos beneficiosos para la salud ejercidos por el ejercicio físico podrían explicarse a través de la autofagia.
A fin de comprobar esta hipótesis, el equipo de investigación se concentró en un efecto beneficioso específico del ejercicio físico: la capacidad que éste tiene para impedir las anomalías en los niveles de azúcar en sangre derivadas de una dieta rica en grasa.
Se comprobó que los ratones con alteraciones genéticas que les incapacitaban para incrementar la autofagia en respuesta al ejercicio físico de corta duración tenían una menor resistencia a los efectos vinculados al cansancio y no podían experimentar los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre el metabolismo del azúcar en sangre.
Este descubrimiento condujo al equipo a investigar si la autofagia es importante en los efectos protectores que el ejercicio físico regular tiene sobre la diabetes. Una dieta alta en grasas indujo cambios comparables a los de una diabetes en el metabolismo del azúcar en sangre, tanto en los ratones del grupo de control como en los ratones genéticamente incapaces de incrementar la autofagia por encima de los niveles base. Se constató que el ejercicio físico revertía esas anomalías en los valores de azúcar en sangre en los ratones del grupo de control, pero no en los ratones con una autofagia deficiente.
El hallazgo de que el ejercicio físico no logra mejorar el metabolismo del azúcar en los ratones con autofagia deficiente parece por tanto indicar que la autofagia es un mecanismo importante a través del cual el ejercicio físico protege contra la diabetes.
Los resultados del estudio también plantean la posibilidad de que la activación de la autofagia pueda ayudar a promover otros efectos positivos del ejercicio físico, incluyendo una mejor protección contra enfermedades neurodegenerativas, e incluso contra el envejecimiento.