Neurología
Diferencias cerebrales entre personas anoréxicas y obesas
Los cerebros de las personas anoréxicas y los de las obesas tienen "cableados" distintos, según una nueva investigación, en la cual se ha comprobado que el modo en que nuestro cerebro responde a la comida difiere de maneras muy distintas según la persona. Esta amplia gama de conductas alimentarias abarca desde la pasión por darse atracones hasta la aversión a ingerir comida.
Este estudio explora un nuevo enfoque para ayudar a conocer mejor los entresijos de los trastornos alimentarios y de la obesidad, y a la postre poder tratarlos con mayor eficacia.
Los trastornos alimentarios arrastran la mayor tasa de mortalidad de todas las enfermedades mentales. Y en naciones como Estados Unidos, más de dos tercios de la población tiene sobrepeso u obesidad, un factor de riesgo para la salud que está asociado a menudo con problemas cardiovasculares, diabetes y cáncer.
El equipo de Laura Holsen de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Boston, Massachusetts, y Laura Martin del Centro Médico de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos ambas instituciones, realizaron escaneos, mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI), de los cerebros de individuos con uno de tres trastornos alimentarios: Anorexia nerviosa, obesidad simple, y síndrome de Prader-Willi (obesidad extrema). También se realizaron escaneos de esa clase a sujetos sanos, que constituían el grupo de control (el grupo "normal" con el que comparar a los demás).
Cuando sentían hambre, las personas con anorexia (las cuales sienten aversión a comer y por eso restringen severamente su ingestión de alimentos) tenían notablemente atenuadas sus respuestas a diversas imágenes de alimentos en regiones del cerebro asociadas con el placer y con el procesamiento de señales de recompensa.
En cambio, para las personas en las que comer en exceso era un problema crónico, sus respuestas en las mismas regiones del cerebro eran notablemente mayores.