Electrónica
Gran avance en la electrónica elástica
Para las personas con enfermedades del corazón y otras dolencias que requieren supervisión frecuente, la vida cotidiana puede verse bastante alterada por culpa de las constantes visitas al hospital y el engorro de someterse a los análisis.
La situación sería muy distinta si gran parte de las pruebas que se hacen en los hospitales pudieran realizarse en casa del paciente o en cualquier otro lugar.
Bastantes científicos especializados en tecnología médica vislumbran ya una época en que los dispositivos de monitorización médica se integren sin problemas dentro del cuerpo humano, sean capaces de hacer un seguimiento continuado de los signos vitales del paciente y transmitan los datos a los médicos. Sin embargo, un gran obstáculo continúa impidiendo la materialización de tecnologías como éstas: los dispositivos electrónicos son demasiado rígidos.
Un equipo de investigadores de la Escuela McCormick de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad del Noroeste, en Evanston, Illinois, Estados Unidos, junto con científicos de otras instituciones dentro y fuera de esa nación, recientemente han desarrollado un diseño que permite a la electrónica doblarse y estirarse hasta cuatro veces más de lo que es posible con la tecnología actual. La clave es una combinación de un polímero poroso y un metal líquido.
Con la tecnología actual, la electrónica es capaz de poseer una cierta elasticidad, pero muchas aplicaciones potenciales exigen al dispositivo estirarse como una cinta elástica de las usadas para sujetar cosas.
Un desafío para lograr esa elasticidad es lograr que no se pierda la conductividad. Los circuitos hechos de metales sólidos que están actualmente en el mercado pueden sobrevivir a una cantidad pequeña de estiramiento pero su conductividad eléctrica desciende muy por debajo de lo tolerable cuando experimentan ese estiramiento.
El equipo de Yonggang Huang y Shuodao Wang, de la Universidad del Noroeste, y sus colegas en el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología (KAIST), en Daejeon, Corea del Sur, la Universidad Tecnológica de Dalian en China, y la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, ha encontrado una manera de superar este desafío.
Primero, estos científicos crearon una estructura tridimensional muy porosa usando un material polimérico que puede estirarse hasta tres veces su tamaño original. Entonces pusieron una sustancia metálica líquida dentro de los poros, lo cual permite que la electricidad fluya de manera permanente, incluso cuando el material es estirado al máximo.
El resultado es un material muy estirable y además buen conductor eléctrico.



