Paleontología
La cresta en algunos pterodáctilos era un rasgo masculino
El hallazgo de un antiguo fósil, el primero de su tipo, ha permitido a los científicos verificar que la cresta que poseían algunos pterodáctilos (reptiles voladores que vivieron en la época de los dinosaurios, hace entre 220 y 65 millones de años) se debía a su género masculino. Las hembras no tenían cresta.
Los pterodáctilos son personajes clásicos de muchas películas de dinosaurios, donde a menudo se les muestra como reptiles voladores gigantes con una cresta.
El hallazgo de un reptil volador fosilizado junto a un huevo en rocas jurásicas (con cerca de 160 millones de años de antigüedad) en China proporciona la primera evidencia directa de género en estas criaturas voladores extintas. Este fósil muestra que las hembras no tenían cresta, resolviendo así el viejo enigma sobre cuál era la función de las espectaculares crestas en las cabezas de algunos pterosaurios. Dicha función era la de exhibir su condición masculina y atraer hembras.
El hallazgo lo ha realizado un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Leicester, la de Lincoln, y el Instituto Geológico de Pekín.
Los pterodáctilos, también conocidos como pterosaurios, dominaron los cielos en la Era Mesozoica, hace entre 220 y 65 millones de años.
Antes del reciente hallazgo, ya se sabía que muchos pterosaurios tenían crestas en la cabeza. En los casos más espectaculares, podían alcanzar en vida del animal cinco veces la altura del cráneo.
Los científicos sospechaban que estas crestas eran usadas para algún tipo de exhibición o señalización, y que posiblemente sólo las tenían los machos. Pero, sin ninguna evidencia directa de género, esta idea no pasó de ser una hipótesis más, y los especímenes de pterodáctilo con y sin cresta fueron considerados de especies diferentes.
El fósil descubierto por el paleobiólogo David Unwin y sus colegas, un espécimen de Darwinopterus (un pterosaurio descrito por vez primera por el mismo equipo de científicos en 2009) quedó preservado junto a un huevo, de un modo tal que resulta claro que se trata de una hembra. Este tipo de hallazgo, en el que se puede determinar el género con la debida certeza, es rarísimo en el registro fósil, y el primero que se reporta en pterosaurios.



