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Se ha descubierto una forma de usar ondas de sonido de altas frecuencias para ampliar la capacidad de almacenamiento magnético de datos. Este nuevo método permitiría mejorar tal capacidad en numerosos tipos de dispositivos electrónicos.
La tecnología, denominada grabación magnética asistida acústicamente, ha sido desarrollada por ingenieros electrónicos de la Universidad Estatal de Oregón en Corvallis, Estados Unidos.
El almacenamiento magnético de datos es una de las tecnologías más comunes y más baratas hoy usadas, y la podemos encontrar en infinidad de dispositivos, desde las unidades de disco duro de los ordenadores, hasta las tiras magnéticas de las tarjetas de crédito. Es permanente (sin alimentación eléctrica la información no desaparece), barata y fiable a corto y medio plazo.
Sin embargo, la fiabilidad a largo plazo de los datos almacenados es una preocupación cada vez mayor según crece la necesidad de condensar la información en un espacio cada vez menor.
Estamos cerca del límite de lo que es científicamente posible lograr con la tecnología utilizada actualmente para el almacenamiento magnético. Y sin embargo, sigue existiendo la necesidad de encontrar métodos para almacenar más información en un espacio más pequeño aún, con un costo menor y utilizando menos energía.
Eso puede ser posible sin recurrir a métodos exóticos, si los materiales magnéticos son calentados de modo temporal, incluso por un instante, para que puedan hacerse menos rígidos momentáneamente y se logre almacenar más datos en un mismo espacio. Ya se sabe que esto es difícil de lograr porque el calentamiento tiende a extenderse más allá de donde se quiere, y porque la tecnología exige una integración compleja de óptica, electrónica y tecnología magnética.
Con el nuevo método del equipo de Pallavi Dhagat y Albrecht Jander, el ultrasonido se dirige a una ubicación muy específica mientras se almacenan los datos, produciendo una elasticidad que permite literalmente a una porción diminuta del material flexionarse o estirarse. El material reasume su forma inmediatamente cuando cesa la onda de ultrasonido. Los datos pueden almacenarse con fiabilidad, sin los riesgos que en el almacenamiento magnético tradicional de información van asociados a las altas temperaturas.
El nuevo método podría emplear materiales que ya se usan como soporte para la grabación magnética, o variantes de los mismos.
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