Química
Nueva técnica de captura de CO2 capaz de refrenar la acidificación del mar
Una nueva técnica para capturar CO2 ha sido probada y se ha demostrado que funciona. Si se adoptase de manera lo bastante amplia, su uso podría refrenar la acidificación del mar. Además, permitiría obtener hidrógeno, utilizable como combustible no contaminante.
Los autores de este avance tecnológico, del Laboratorio Nacional Estadounidense Lawrence Livermore, en California, han demostrado, por ahora sólo a escala de laboratorio, la validez de su sistema, el cual usa la acidez que normalmente se produce en la electrólisis del agua salina para acelerar la disolución de silicatos, liberando hidrógeno, que puede ser empleado como combustible, y otros gases adicionales. Un resultado del proceso es la producción de una solución con la que se puede tener un buen medio de absorber y retener dióxido de carbono (CO2) atmosférico. Otro resultado del proceso es la generación de carbonato y bicarbonato, los cuales podrían ser usados para mitigar la actual acidificación oceánica, de un modo no muy distinto a como el bicarbonato de uso farmacéutico neutraliza el exceso de ácido en el estomago.
La acidificación del mar es un problema derivado de la concentración creciente de CO2 en la atmósfera. Cuando el dióxido de carbono es liberado en la atmósfera, una parte significativa es absorbida pasivamente por los océanos, formándose ácido carbónico, lo que provoca dicha acidificación de las aguas.
Se ha demostrado que esta acidificación oceánica puede ser dañina para muchas especies marinas, sobre todo corales y animales con concha. Para mediados de este siglo, es probable que la temperatura media de la Tierra haya subido 2 grados centígrados, o incluso algo más, y los océanos experimentarán un incremento de acidez de más del 60 por ciento con respecto al nivel de acidez que existía antes de la Revolución Industrial.
La solución alcalina generada por el nuevo proceso creado por el equipo de Greg Rau, podría agregarse al agua de mar para ayudar a neutralizar el ácido y paliar un poco los efectos adversos de la acidez en los ecosistemas marítimos. Sin embargo, tal como advierten Rau y sus colegas, se necesita investigar más antes de abordar operaciones de esta naturaleza a gran escala.
Los métodos químicos propuestos anteriormente para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo son costosos, usan procedimientos térmicos o mecánicos (costosos y aparatosos) para concentrar el CO2 molecular del aire, y además el reciclaje de los reactivos resulta un proceso complicado, caro y de baja eficiencia.
La nueva técnica esquiva muchos de estos obstáculos al no ser necesario que el CO2 del aire sea concentrado y almacenado en una forma molecular.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han intervenido Susan Carroll, William Bourcier, Michael Singleton, Megan Smith y Roger Aines.
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