Paleoclimatología
Enfriamiento global antiguo por disminución del dióxido de carbono atmosférico
Hoy en día se tiende a ver la presencia de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera terrestre como un problema, dado que sus concentraciones son mayores de lo deseado. Sin embargo, la situación contraria, una escasez de CO2 en la atmósfera sería también problemática. En una investigación reciente se ha profundizado en la "ola de frío" que inundó el mundo hace 116 millones de años, y en las consecuencias que tuvo esa escasez de CO2 para la vida de la Tierra.
El estudio es obra de especialistas de la Universidad de Newcastle, la de Colonia, la de Fráncfort, y el GEOMAR (Centro Helmholtz de Investigación Oceánica) en Kiel, las tres últimas instituciones en Alemania y la primera en el Reino Unido.
Los resultados confirman que hubo un vínculo entre el enfriamiento global y una crisis grave en el ecosistema marino a mediados del periodo Cretácico. La crisis fue similar en envergadura a las desencadenadas en el pasado como resultado de los calentamientos globales.
El equipo de Thomas Wagner, profesor en la Universidad de Newcastle, también ha logrado cuantificar por primera vez la amplitud del cambio de temperatura y la duración de este efecto. Analizando la geoquímica y la micropaleontología de un núcleo (muestra interna) de sedimento marino extraído del Atlántico Norte, el equipo ha determinado que una caída de temperatura global de hasta 5 grados centígrados produjo un cambio sustancial en el ciclo global del carbono que duró unos 2,5 millones de años.![[Img #14715]](upload/img/periodico/img_14715.jpg)
Teniendo en cuenta que esto ocurrió en una época de gran actividad tectónica, que condujo a la ruptura del supercontinente Pangea, la nueva investigación ofrece una explicación de cómo el surgimiento y crecimiento de nuevas cuencas oceánicas que rodeaban a los terrenos que hoy son África, América del Sur y Europa, crearon un hábitat adicional donde grandes cantidades de CO2 atmosférico eran fijadas por organismos fotosintéticos como las algas marinas. Los restos de los organismos muertos quedaron enterrados en los sedimentos del fondo oceánico, dando lugar a depósitos minerales en los que quedó aprisionado bastante carbono que en su día circuló por la atmósfera.
El resultado de que esta enorme cantidad de carbono quedara fijado por este mecanismo natural fue la caída de los niveles de concentración del CO2 atmosférico, reduciéndose el efecto invernadero que mantenía al planeta en condiciones más estables, y reduciendo la temperatura global.
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