Artículo del blog Cierta Ciencia, de la genetista Josefina Cano, que recomendamos por su interés.
Cuando en un pasado muy lejano, hace más de 5 millones de años, nuestros ancestros homínidos, con su genoma cambiado ya por el azar, se alzaron del suelo sobre dos patas, en lo que sería el inicio del camino hacia la transformación de homínidos a humanos, las dificultades que afrontaron debieron ser innumerables.
Una de ellas, y que habría podido considerarse un grave error de la evolución pues ponía en gran riesgo la supervivencia, fue el hecho de que la posición erguida condujo a un estrechamiento del canal del parto en las hembras. Esto, sumado a que el cerebro de nuestros homínidos ancestrales ya estaba creciendo, se convirtió en una grave dificultad al momento del parto. Y como la evolución no es un proceso dirigido y lineal hacia lo que es mejor, el intento podría haberse malogrado.
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