Paleontología
Anoiapithecus brevirostris, el hominoideo más antiguo de la península Ibérica
En el año 2009, un equipo de investigadores del ICP dirigido por Salvador Moyà-Solà describió un nuevo género y especie de hominoideo a partir de los restos de un cráneo encontrados en el Vertedero de Can Mata, en Hostalets de Pierola (Barcelona). Bautizada como Anoiapithecus brevirostris, este fósil corresponde a un macho que vivió hace 11.9 millones de años. Su nombre en latín responde a la comarca donde fue encontrado (Anoia) y al hecho de presentar un morro corto, aunque popularmente se le conoce como Lluc. Este hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA, añadió una nueva especie de gran simio antropomorfo del Mioceno del Vallés-Penedés a la lista de las que ya conocidas: Pierolapithecus catalaunicus, Hispanopithecus crusafonti, Hispanopithecus laietanus y Dryopithecus fontani.
El investigador David M. Alba, conjuntamente con otros investigadores del ICP y otras instituciones, ha publicado en la revista Journal of Human Evolution un artículo donde se describen nuevos restos dentales de Anoiapithecus brevirostris del Vertedero de Can Mata. Se trata de dos fragmentos de maxilar superior que conservan varios dientes. Uno de ellos, recuperado durante el proceso de lavado del sedimento que se extrae durante las excavaciones, procede de la misma localidad que la cara de Lluc. El otro fue recolectado el año 2002 de otra localidad que, con una antigüedad de 12.3 y 12.2 millones de años, lo convierte en el resto fósil más antiguo de un hominoideo de la Península Ibérica.
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Los investigadores han evaluado el grosor del esmalte de los dientes mediante microtomografía de rayos-X, una técnica no invasiva que permite ver la estructura interna de los fósiles con gran detalle, así como la morfología del seno maxilar, una cavidad craneal muy informativa desde un punto de vista filogenético. También han estudiado el tamaño y forma de los dientes, y los han comparado con las del holotipo de Anoiapithecus (el fósil que sirvió para definir la especie en su momento) y de otras especies de hominoideos fósiles de la cuenca del Vallés-Penedés. Los análisis realizados han llevado a concluir que los fósiles estudiados pertenecen a la misma especie descrita en 2009.
Aunque la morfología y las proporciones de los restos estudiados permiten confirmar que corresponden a la especie Anoiapithecus brevirostris, los dientes son ligeramente más pequeños que los ya conocidos. Esto es especialmente evidente en el caso de la raíz de la canina (colmillo), que es bastante más pequeña que en el holotipo. Estas diferencias son habituales entre machos y hembras de muchas especies de grandes antropomorfos actuales y otros homínidos fósiles (lo que se conoce como dimorfismo sexual), lo que ha llevado a los investigadores a inferir que los nuevos restos descritos corresponden a dos individuos de sexo femenino.
El hominoideo europeo más antiguo conocido corresponde a un fragmento de diente de hace unos 16-17 millones de años, encontrado en Alemania y tentativamente atribuido al género Griphopithecus. La presencia de hasta cuatro géneros diferentes de hominoideos fósiles en la cuenca del Vallés-Penedés, en un período de poco más de 3 millones de años (un tiempo muy breve en términos geológicos), supone una extraordinaria paleobiodiversidad de grandes simios antropomorfos en el Mediterráneo occidental durante el Mioceno.
Cataluña es el único lugar de la península Ibérica donde se han encontrado fósiles de simios antropomorfos, posiblemente debido a diferencias paleoambientales respecto al resto de Iberia. Aún así, los restos fósiles de hominoideos miocenos en los yacimientos catalanes son muy escasos comparados con los de otros mamíferos por lo que a menudo es necesario excavar grandes volúmenes de sedimentos para recuperar alguno de ellos.
El esqueleto parcial de Pierolapithecus catalaunicus, conocido como Pau, muestra la primera evidencia inequívoca de ortógrada (tronco erecto) entre los homínidos fósiles conocidos en todo el mundo. Su cara presenta rasgos característicos que muestran su parentesco con los grandes simios antropomorfos actuales, pero a la vez el esqueleto de Pierolapithecus aún presenta características primitivas en el resto del cuerpo (por ejemplo, adaptaciones para el desplazamiento cuadrúpedo sobre las ramas).
Los restos faciales de Dryopithecus fontani muestran una morfología diferente, que en algunos aspectos recuerda la de los gorilas actuales. Además, Dryopithecus presenta un esmalte dental delgado, como el de los grandes simios africanos, aunque esto no necesariamente debe indicar un parentesco más estrecho con estos últimos. De hecho, otros restos del esqueleto muestran aún rasgos primitivos y más similares a otros grandes antropomorfos del Mioceno.
Hispanopithecus laietanus es el gran antropomorfo más antiguo que presenta adaptaciones para desplazarse suspendido bajo las ramas, como ha mostrado el estudio del esqueleto parcial conocido como Jordi, a pesar de conservar también algunas adaptaciones más primitivas al desplazamiento cuadrúpedo arbóreo. (Fuente: ICP)