Paleontología
Identificados nuevos fósiles de grandes dinosaurios carnívoros en Teruel
Ambos hallazgos se enmarcan en sedimentos de la Formación Villar del Arzobispo del intervalo Titoniense-Berriasiense –tránsito Jurásico-Cretácico, con unos 145 millones de años de antigüedad–.
Las huellas tridáctilas, localizadas en el yacimiento El Castellar, poseen características únicas en comparación con otras huellas producidas por grandes terópodos en cualquier parte del mundo. Por este motivo, el trabajo que publica la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology las define como un nuevo tipo de huellas: Iberosauripus grandis (pie del lagarto ibérico grande).
Además, el estudio divide las huellas de grandes terópodos del Jurásico Superior de Europa, Norteamérica y Asia en dos grupos distintos, cuyos productores fueron probablemente terópodos alosáuridos y megalosáuridos.
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Por otro lado, el nuevo diente procedente de Formiche Alto se atribuye a un dinosaurio terópodo megalosáurido, como otros tres grandes dientes de Riodeva y Galve (Teruel) y de Alpuente (Valencia). Este tipo de dinosaurios pudo llegar a alcanzar los 12 metros de longitud y poseían dientes de hasta 10 cm de corona.
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Gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, se concluye que las faunas de dinosaurios del tránsito Jurásico-Cretácico en esta parte de España incluyen, al menos, dos tipos de dinosaurios megacarnívoros de gran tamaño.
Asimismo, la presión depredadora de estos terópodos pudo ser una de las causas decisivas para estimular el crecimiento hasta tamaños gigantescos de algunos dinosaurios comedores de plantas, como el saurópodo Turiasaurusriodevensis conocido como 'El Gigante Europeo', que alcanzó 30 metros de longitud y que también fue encontrado en la provincia de Teruel, concretamente en sedimentos de la misma Formación Villar del Arzobispo pero en Riodeva.
Estas pisadas fueron producidas por estegosaurios, que eran dinosaurios cuadrúpedos y comedores de plantas que estaban caracterizados por poseer dos filas de placas y/o espinas desde el cuello hasta el final de la cola.
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Estas huellas también fueron definidas por científicos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis en la misma revista científica (en el año 2010), convirtiendo a El Castellar en uno de los escasos yacimientos del mundo en el que se han identificado huellas de estegosaurios. (Fuente: Fundación Dinópolis)